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Kampala (Miércoles, 14-03-2012, Gaudium Press) Uganda se encuentra en el centro de la atención mundial debido a un video difundido a través de internet y que hace parte de una campaña para exigir la detención de Joseph Kony, responsable del reclutamiento de miles de niños y múltiples atrocidades durante la guerra. En medio de la consternación generada, una entrevista concedida a Radio Vaticano por Mons. José Franzelli, obispo de la diócesis de Lira, en Uganda, da cuenta de la realidad actual de la infancia y las acciones que desde hace años la Iglesia realiza en su favor. El prelado destacó la necesidad de conocer la realidad de Uganda de una forma más integral y pasar del hecho mediático a una atención real a las víctimas.
El obispo aclaró que el compromiso de la Iglesia en la atención de los niños soldado ha sido constante desde el inicio y «no solo ahora que occidente volvió a ser consciente de estos niños». «Hemos trabajado allí durante años», señaló Mons. Franzelli, «y lo hacemos mediante el establecimiento de centros de acogida». También relató que «Radio Wa», la emisora de la diócesis, tiene un espacio llamado «Bienvenido de nuevo a casa», en el cual se envían mensajes para que ellos regresen voluntariamente a sus hogares. «Quienes envían estos mensajes son, de hecho, algunos de estos muchachos que fueron capaces de huir y acogidos en estos centros de recuperación. Se les dio la oportunidad que les habían arrebatado de comenzar su educación», comentó el prelado.
Mons. Franzelli expresó que la mayor parte de los niños ha retornado y recibido un tratamiento especial: «Ellos están acompañados durante la fase de reintegración, porque son personas que quedaron traumatizadas por la violencia y lo que ellos mismos se vieron obligados a quitar a los demás». Este camino de recuperación de la infancia es un reflejo de la restauración que necesita toda la nación después de la situación de violencia generalizada.
La reconstrucción más profunda es la libertad moral y espiritual
«Cuando se trata de la reconstrucción», afirmó el obispo, «la gente piensa primero sobre la infraestructura, los caminos que no están ahí y que se deben construir, las capillas que fueron quemadas, escuelas y hogares destruidos». Pero no es esta reconstrucción física la que más preocupa a la Iglesia, en palabras de Mons. Franzelli: «La reconstrucción más profunda, la más necesaria, es la de la libertad moral y espiritual de las personas. Darles esperanza y un sentido de dignidad, de su valor. Es en este sentido, ahora más que antes, la evangelización es necesaria».
Es precisamente el abrazar la fe lo que puede traer la verdadera reconciliación a un país profundamente herido. «La buena noticia es que Dios es Padre de todos», destacó Mons. Franzelli, «somos hermanos y hermanas y que tenemos que aprender a vivir juntos como una familia. El primer Sínodo sobre África habló de «la Iglesia como Familia de Dios»: ese es el reto al que nos enfrentamos como Iglesia, aunque en una situación difícil por la falta de personal y de medios».
Sobre el impacto real de iniciativas como el video que ha escandalizado al mundo, el prelado destacó que es positivo no permitir que la tragedia caiga en el olvido, aunque señaló que existe un sentimiento de «incomodidad» en algunos sectores, e incluso en las propias víctimas. «Las cosas que se dicen son ciertas, pero no constituyen toda la verdad», afirmó el obispo. «Hay muchos aspectos del fenómeno que se deben abordar, debido a que la responsabilidad de las atrocidades no recae sólo sobre los rebeldes, sino que hay complicidad de otros, como ocurre siempre en situaciones de guerra». «Por otra parte», continuó Mons. Franzelli, «está el hecho – que deja confundido un poco – de todo este dinero invertido en publicidad y apoyo a esta ONG. Sólo una proporción relativamente baja, al final, va directamente a ayudar a las víctimas de la tragedia que se ha puesto en el primer plano de la atención mundial», concluyó.
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