Ciudad del Vaticano (Viernes, 16-03-2012, Gaudium Press) El Papa Benedicto XVI participó en la mañana de este viernes, con miembros de la Curia Romana, en la segunda predicación de la Cuaresma hecha por el Fraile Capuchino, Raniero Cantalamessa.
El tema de la predicación fue «San Gregorio Nazianzeno, Maestro de Fe en la Trinidad».
Fr. Cantalamessa explicó que los dos máximos misterios de nuestra fe son la Trinidad y la encarnación |
Fr. Cantalamessa explicó que los dos máximos misterios de nuestra fe son la Trinidad y la encarnación: Dios es uno y trino; Jesucristo es Dios y hombre. No se debe pensar en Dios solamente como uno, y en Jesús solamente como hombre. Por eso, es importante volver a los orígenes, las enseñanzas de los llamados Padres de la Iglesia. Y esta vuelta debe realizarse, no solamente para conocer el contenido del dogma en su estado embrionario, sino también para reencontrar la unidad vital entre la fe profesada y la fe vivida, entre la «cosa» y su «enunciación».
Para aquellos teólogos -los Padres de la Iglesia- afirmó el Predicador de la Casa Pontificia, la Trinidad y la unidad de Dios, la dualidad de las naturalezas y la unidad de la persona de Cristo, no eran verdades que debían ser decididas o discutidas en los libros en diálogo con otros libros; eran realidades vitales.
Por causa del «Año de la Fe», que iniciará en octubre, Fray Cantalamessa quiso dar a sus predicaciones un tono de preparación para ese acontecimiento. Por eso las cuatro meditaciones de la Cuaresma están basadas en los cuatro grandes doctores de la Iglesia Oriental: San Atanasio, San Basilio, San Gregorio Nazianzeno y San Gregorio de Nissa, para ver lo que cada uno de ellos nos dice sobre la divinidad de Cristo, el Espíritu Santo, la Trinidad y el conocimiento de Dios, respectivamente.
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