Damasco (Miércoles, 28-03-2012, Gaudium Press) La atención a los refugiados por la violencia en Siria será el destino de la colecta de la Eucaristía que Benedicto XVI celebrará el próximo Jueves Santo en la Basílica de San Juan de Letrán, en Roma. «Es un gesto muy generoso por parte del Santo Padre», afirmó Mons. Samir Nasar, Arzobispo maronita de Damasco, quien explicó que los dineros ayudarán a «aliviar los terribles sufrimientos de nuestro pueblo, que vive también las consecuencias del embargo». La ayuda del Papa llega en momentos de gran tensión y recrudecimiento de la violencia que ya ha obligado a huir a más de 20.000 personas.
El P. Simon Faddoul, presidente de Cáritas Líbano |
Mons. Nasar anunció que los dineros recaudados serán enviados al día siguiente, Viernes Santo, a Cáritas Siria, para poder llevar a cabo labores de asistencia humanitaria para las víctimas de la violencia. El arzobispo destacó la importancia del aporte que «hace sentir a la Iglesia universal cercana a sus fieles en dificultad» y que constituye «un gesto de cercanía y solidaridad que tiene un gran significado para nosotros en este tiempo cuaresmal y de gran sufrimiento».
La Iglesia del Líbano también expresó su agradecimiento por la ayuda que la Santa Sede hace llegar para atender a los refugiados. Este país es el principal destino de los ciudadanos que huyen del conflicto en Siria, y ya ha recibido más de 20.000 refugiados. El padre Simon Faddoul, presidente de Cáritas Líbano, calificó la colecta como «una iniciativa maravillosa, que nos anima mucho. El Papa se muestra cercano a todos los que sufren en el mundo y nos acompaña en este drama del pueblo sirio».
El P. Faddoul manifestó su alarma por la emergencia humanitaria que se vive en el Líbano ante el exódo del pueblo sirio. «En los últimos dos días hemos recibido otras 100 familias más, y es una estimación aproximada, mientras que el flujo de refugiados no se detiene», expresó con preocupación . «La situación empeora drásticamente y ya estamos en plena emergencia. Nuestros voluntarios hacen todo lo posible para estar cerca de las personas que llegan agotadas y psicológicamente muy probadas». Ante este panorama, la esperanza puesta en Dios anima la labor humanitaria de la Iglesia: «Esperamos y rezamos para que el sufrimiento del pueblo sirio llegue pronto a su fin», concluyó el sacerdote.
Con información de FIDES
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