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Ciudad del Vaticano (Miércoles, 28-03-2012, Gaudium Press) Ayer fue publicado el mensaje del Santo Padre Benedicto XVI por ocasión de la XXVII Jornada Mundial de la Juventud a nivel Diocesano, a celebrarse el día 1º de abril, Domingo de Ramos.
El mensaje está dividido en siete puntos: 1. Nuestro corazón fue hecho para la alegría; 2. Dios es la fuente de la verdadera alegría; 3. Conservar en el corazón la alegría cristiana; 4. La alegría del amor; 5. La alegría de la conversión; 6. La alegría en las pruebas; 7. Testigos de la alegría.
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| «No se puede ser feliz si los demás no son felices» |
El Papa todavía guarda los mejores recuerdos del último encuentro en Madrid. «Fue un momento extraordinario de gracia, durante el cual el Señor bendijo a los jóvenes allí presentes, venidos del mundo entero», afirmó él en su mensaje.
Benedicto XVI rindió gracias a Dios por los frutos suscitados por la Jornada y que continuarán «multiplicándose entre los jóvenes y las comunidades a las cuales pertenecen».
El tema de la Jornada Mundial de la Juventud «Alegraos siempre en el Señor» (cf. Fl 4, 4) fue recordado por el Pontífice, que comentó que «la alegría es un elemento central de la experiencia cristiana. También experimentamos en cada Jornada Mundial de la Juventud una alegría intensa, la alegría de la comunión, la alegría de ser cristianos, la alegría de la fe. Esta es una de las características de esos encuentros».
La fuerza de atracción de la alegría fue subrayada por Su Santidad, pues «en un mundo marcado por la tristeza y la inquietud, la alegría es un testimonio importante de la belleza e inefabilidad de la fe cristiana».
«La Iglesia tiene la vocación de llevar la alegría al mundo, una alegría auténtica y duradera, la de los ángeles que anunciaron a los pastores de Belén el nacimiento de Jesús», continuó.
En el mensaje el Papa explica que Dios más allá de comunicarse con los hombres a través de señales prodigiosas, «se hizo tan próximo que llegó a hacerse uno de nosotros, recorriendo todas las etapas de la vida del hombre» y, en la actualidad, muchos jóvenes «tiene una gran necesidad de sentir que el mensaje cristiana es un mensaje de alegría y esperanza».
Benedicto XVI desea a través de ese documento reflexionar con los jóvenes sobre esta alegría, sobre los caminos para encontrarla, a fin de que ellos puedan vivirla a cada momento con más intensidad y profundidad, siendo mensajeros de ella entre aquellos que los rodean.
El Santo Padre concluye su mensaje invitando a los jóvenes a ser misioneros de la alegría. «No se puede ser feliz si los demás no son felices. Por eso es necesario compartir la alegría. Van a contar a los demás jóvenes su alegría de haber encontrado aquel tesoro precioso que es Jesús. No podemos conservar para nosotros la alegría de la fe; para que esta pueda permanecer en nosotros, tenemos que transmitirla».
Con informaciones de la Radio Vaticana.
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