Roma (Viernes, 30-03-2012, Gaudium Press) Como un contrapeso a las violaciones a la libertad religiosa, provenientes tanto de estados fundamentalistas como de estados ateos, fue creado un Observatorio sobre Libertad Religiosa con sede en Roma, fruto de un trabajo conjunto entre la Santa Sede e Italia. Para defender la libertad religiosa hace falta «razón y verdad», afirmó el Cardenal Mauro Piacenza, prefecto de la Sagrada Congregación para el Clero y presidente de Ayuda a la Iglesia Necesitada, quien destacó la importancia de la iniciativa.
Card. Piacenza |
El anuncio fue hecho el día de hoy en la Embajada de Italia en el Vaticano, y contó con la presencia del Card. Piacenza; Mons. Dominique Mamberti, Secretario para las Relaciones con los Estados; el Ministro de Asuntos Exteriores de Italia, Giulio Terzi di Sant’Agata y el alcalde de Roma, Ganni Alemanno.
Durante el evento, el alcalde Alemanno sostuvo que la idea de crear un observatorio surgió en 2009, y fue pensado como un «obsequio ideal» para Benedicto XVI. Según expuso, Roma puede presentarse al mundo como un ejemplo de libertad religiosa, donde tiene su sede una de las religiones más grandes del mundo, la Iglesia Católica, en perfecta convivencia con la más antigua comunidad de la diáspora judía y la mayor mezquita del continente europeo. A su vez, el Ministro Terzi hablo de los esfuerzos diplomáticos en respaldo de la libertad religiosa en varios países, en cooperación con la Unión Europea y la Santa Sede.
El Cardenal Piacenza citó las enseñanzas de Juan Pablo II y Benedicto XVI y calificó la libertad religiosa como el indicador del estado de los derechos humanos en un país, la «madre» de todas las libertades. El prelado expresó que la razón y la verdad pueden preservar a las sociedades de la arbitrariedad fundamentalista y el relativismo que amenzan las bases de la democracia.
Para Mons. Piacenza, «el relativismo dominante es el terreno menos favorable para la libertad religiosa», ya que la sociedad occidental que «ha expulsado a Dios» trata de eliminar aún más su importancia social. «Redescubrir «el papel público de Dios», la presencia y el rol de Dios en la historia y la sociedad es la premisa esencial para ejercer la libertad religiosa «, afirmó el prelado. «La sociedad va a garantizar más plenamente la libertad religiosa de sus ciudadanos cuando deje de excluir a Dios de la esfera pública».
El Secretario para la Relación con los Estados, Mons. Mamberti, recordó que la intolerancia religiosa puede identificarse en tres niveles: la hostilidad cultural, la discriminación y la violencia de persecución. Para él, estos niveles son planos inclinados que llevan con facilidad a las personas de un grado a otro. Por este motivo, la creación de un observatorio que prete especial atención a cualquier forma de violación a la libertad religiosa es de gran trascendencia.
Con información de Asia News.
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