viernes, 18 de octubre de 2024
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La Santa Sede nombró un Delegado para la renovación de la Conferencia de Líderes Religiosas de Estados Unidos

Ciudad del Vaticano (Jueves, 19-04-2012, Gaudium Press) La Congregación para la Doctrina de la Fe delegó a Mons. Peter Sartain, Arzobispo de Seattle, la labor de revisar, guiar y aprobar, según sea necesario, los trabajos de la Conferencia de Líderes de las Religiosas de Estados Unidos (LCWR). Según una declaración oficial de este dicasterio pontificio, reproducida por la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) el pasado 18 de abril, la Congregación busca «fomentar una renovación de esta conferencia de superioras de órdenes para proveer un fundamento doctrinal más fuerte a sus muchas y admirables iniciativas y actividades».

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Mons. Sartain tendrá la labor de revisar, guiar y aprobar, según sea necesario, los trabajos de LCWR

La decisión, tomada después de un proceso de cuatro años de acompañamiento y evaluación, busca corregir una situación pastoral y doctrinal calificada como «grave y materia de seria preocupación» que motivó la intervención directa de la Santa Sede. Desde 2008, la Congregación analizó los informes recibidos sobre la LCWR y sostuvo diálogos con sus directivas, al tiempo que encargó un informe en profundidad sobre la situación a Mons. Leonard Blair, Obispo de Toledo, Ohio. La necesidad de actuar directamente fue tomada en enero de 2011, y desde entonces se buscó la forma más correcta para hacerlo, para beneficio de esa organización y de la Iglesia.

Las causas de la preocupación fueron clasificadas en tres grupos: El primero de ellos abarca los contenidos de los discursos y declaraciones emitidas durante las Asambleas de la LCWR. Ejemplo de las tesis defendidas en las presentaciones, fueron las intervenciones de Sor Laurie Brink, O.P. quien afirmaba que las religiosas deberían «moverse más allá de la Iglesia» o incluso de Jesús. Tales afirmaciones fueron calificadas como «fuente seria de escándalo e incompatibles con la vida religiosa». «Estas controvertidas posiciones no encuentran oposición en la LCWR», y este organismo no ofrece, según la Santa Sede, los recursos y el fomento debidos a una visión eclesial correcta de la vida religiosa, que no considere la fe católica simplemente como un «importante ejercicio de caridad».

Una segunda fuente de preocupación está relacionada con una serie de comunicaciones dirigidas por «Equipos de Liderazgo» de varias congregaciones, entre quienes se encontraban directivas de la LCWR. En ellas se protestaba en contra de decisiones de la Santa Sede acerca de la ordenación de mujeres y la pastoral de las personas homosexuales. «Los términos de las cartas», afirma el documento, «sugiere que las hermanas toman una posición colectiva que no está de acuerdo con la enseñanza de la Iglesia sobre la sexualidad humana».

La Congregación para la Doctrina de la Fe expresó también su preocupación sobre la interpretación teológica ofrecida en programas y presentaciones patrocinadas por la LCWR. En ellas se destaca «una prevalencia de ciertos temas feministas radicales» que distorsionan la fe en Jesucristo y en Dios Padre. «Algunos comentarios sobre el «patriarcado» distorsionan la forma en la cual Jesús ha estructurado la vida sacramental de la Iglesia; otros incluso atacan las doctrinas reveladas de la Santísima Trinidad, la divinidad de Cristo, y la inspiración de la Sagrada Escritura», advirtió la declaración.

Adicionalmente, la Santa Sede manifestó que, mientras la LCWR desarrolla un trabajo considerable en la promoción de la justicia social, «permanece silenciosa frente al derecho a la Vida desde la concepción hasta la muerte natural». La Conferencia de Líderes Religiosas no tomó parte en el debate sobre aborto y eutanasia y tampoco promueve la visión bíblica de la Iglesia sobre la familia y la sexualidad humana. En ocasiones, denunció la declaración del dicasterio, «las declaraciones de la LCWR que están en desacuerdo o desafían posiciones tomadas por los Obispos, quienes son los auténticos maestros de la fe y la moral de la Iglesia, no son compatibles con sus propósitos».

La comunicación emitida por la Congregación para la Doctrina de la Fe, aunque expone con claridad los argumentos por los cuales decidió intervenir para guiar a la LCWR a una mayor correspondencia con la fe, es clara en afirmar el valor que tienen los aportes de las religiosas en la vida de la Iglesia. «La Santa Sede reconoce con gratitud la gran contribución de las Religiosas a la Iglesia de Estados Unidos», afirma la declaración oficial, «como se demuestra particularmente en las muchas escuelas, hospitales e insitituciones de asistencia a los pobres».

Gaudium Press / Miguel Farías

 

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