Cardenal húngaro recibe la absolución póstuma

Managua (Martes, 24-04-2012, Gaudium Press) El periódico online de Nicaragua, La Prensa, publicó en la última semana un reportaje respecto al proceso que absuelve al cardenal húngaro, Jozsef Mindzenty. El purpurado, que había sido condenado en 1949 por el régimen comunista -que entonces comandaba el país- por un supuesto delito de alta traición, recibió su absolución póstuma, ahora al inicio del 2012. El proceso para absolver al cardenal comenzó en 1989, después de la caída del régimen totalitario.

Como relata el periódico nicaragüense, desde el inicio de su profesión religiosa, el futuro Cardenal ya fue perseguido por regímenes comunistas. Al final de la década de 1910, cuando era solo un sacerdote, fue detenido en un campo de concentración creado después del triunfo de la primera revolución comunista húngara. En la época, como el movimiento luego fue reprimido, el entonces sacerdote quedó preso por apenas seis meses.

Cardenal Mindzenty

Al final de 1948, ya consagrado obispo y cardenal, Mons. Jozsef, con Hungría nuevamente bajo dominio comunista, fue encarcelado y torturado. Conforme el periódico, querían obligarlo a renunciar a su fe y apoyar el régimen. «Pero no consiguieron y por graves problemas de salud causados por el maltrato carcelario el régimen comunista tuvo que sacarlo de la prisión y dejarlo bajo detención domiciliaria».

La situación del purpurado así permaneció hasta 1956, cuando explotó en Hungría la revolución anticomunista. El Cardenal Mindszenty salió a la calle para apoyar la lucha por la libertad, pero como la insurgencia fue aplastada por los tanques soviéticos, él tuvo que refugiarse en la embajada de los Estados Unidos. Allí estuvo hasta 1971, cuando por órdenes del Vaticano, que en la época intentaba reatar lazos con Hungría, dejó el exilio.

Sobre este episodio, el periódico cita al escritor Plinio Corrêa de Oliveira, que tocó este tema en uno de sus escritos. Según él, el Papa Pablo VI ofreció una nueva residencia al cardenal Mindszenty en el Vaticano en la cual el purpurado permaneció poco tiempo.

«¿Qué misterios llevaron al Cardenal Mindszenty a salir solo de su torre y aparecer de repente en Viena? Nadie sabe. El hecho es que, una vez más, como columna solitaria, se estableció en la capital austríaca, proyectando su sombra benéfica sobre la frontera de la patria tan próxima», expresó el escritor.

Para el diario nicaragüense, esa fuga solo puede ser explicada por la pasión que Mons. Jozsef poseía por la libertad. Libertad que usufructúa hasta el 6 de mayo de 1975, cuando murió todavía lejos de su patria.

Gaudium Press / Bruno D’Angelo