Valencia (Viernes, 27-04-2012, Gaudium Press) Este fin de semana se desarrollará en Valencia el I Congreso Internacional sobre la Sábana Santa en Valencia, España. En el evento se darán cita los principales expertos en el tema y diversos equipos científicos que expondrán los resultados de los últimos estudios realizados sobre la importante reliquia que la tradición atribuye a Jesucristo. Sobre las interesantes conclusiones de los estudios y la organización del Congreso, el presidente del Centro Español de Sindonología, José Manuel Rodríguez, concedió una entrevista a Paraula, semanario de la Arquidiócesis de Valencia, de la cual extraemos los puntos más interesantes.
José Manuel Rodríguez, presidente del Centro Español de Sindonología Foto: Paraula |
El punto fundamental de una reliquia, en especial si está relacionada a Jesucristo, es su autenticidad. Mientras la tradición afirma consistentemente que el Santo Sudario de Turín envolvió el cuerpo de Jesús al ser sepultado, la ciencia busca pruebas que confirmen o nieguen esta afirmación. «En todo este asunto sobre la autenticidad o falsedad de la Sábana, a veces hay también mala intención», explicó Rodríguez. «Algunos quieren hacer ver que los que creen en la autenticidad son fanáticos y los que no, científicos. Pues no: da la casualidad de que muchísimos científicos que han estudiado la Sábana apoyan su autenticidad».
«Entre ellos hay varios judíos norteamericanos que no tienen ni siquiera un prejuicio favorable, sino contrario», afirmó el experto. «Ellos no tienen por qué desear que sea auténtica la Sábana porque no creen que Jesús es el Mesías o el Hijo de Dios. Su caso es muy llamativo».
Rodríguez expuso algunas razones que sustentan el consenso técnico de aprobación autenticidad de la reliquia, esto es, que la imagen visible en la tela corresponda a Jesús y no a otra persona. «Se trata de establecer un cálculo de probabilidades correcto a partir del conocimiento de todas las variables posibles que rodean al relato de los evangelios y su correspondencia con las huellas de la Sábana Santa», comentó. «Por ejemplo, cuántos crucificados que se sepa fueron clavados o atados; o cuántos coronados de espinas -no se conoce de nadie salvo Jesús-; o cuántos crucificados de los que se conozca que fueron sepultados; cuántos recibieron, como Jesús, la flagelación y la crucifixión, algo extrañísimo ya que estaba prohibido por la ley romana imponer dos castigos por un mismo delito».
«Si se tienen en cuenta esas y otras variables la probabilidad de que no fuera Jesús es ya sumamente remota», señaló el experto. «Lo lógico sería pensar que el hombre de la ‘Síndone’ o es Jesús o es un crucificado que ha sido hecho imitando a Jesús, ya que es totalmente improbable que a otra persona la hubieran crucificado en las condiciones que rodearon la muerte del Señor».
El nivel de detalle de la imagen del Santo Sudario de Turín ha permitido hacer análisis más profundos, al nivel de la medicina forense, que ninguna representación artística de la época podría superar. «Llama la atención que los Cristos románicos y góticos no resisten, si se trata de medir su realismo, un análisis forense. En aquella época no existían medios técnicos ni conocimientos sobre el ‘rigor mortis’ o la circulación de la sangre que permitieran hacer una imagen -en el caso de que fuera una falsificación medieval como algunos creen- tan real como la de la Sábana». La conclusión de Rodríguez es clara: » Según distintos forenses que han estudiado el lienzo, éste se ajusta fielmente a la huella que dejaría un crucificado como el de los evangelios»
El argumento más utilizado para atacar la veracidad de la Sábana Santa es el resultado de una prueba de carbono 14, que dictaminó un supuesto origen de la tela en el siglo XIII. Rodríguez sostiene que el procedimiento aplicado no es confiable: «La del carbono 14 era una prueba nueva cuando se aplicó en la Sábana. Se inventó en los años 60, pero en los 80 se creó un método nuevo, el acelerador de partículas, que fue presentado prácticamente como infalible, lo que luego se ha demostrado ampliamente que no es cierto. Para muchos, sin embargo, fue determinante».
El Santo Sudario no pudo ser una falsificación, ya que ni siquiera la tecnología actual podría reproducir la imagen de la misma forma desconocida que se evidencia en la Síndone: «Sabemos con certeza que no es una pintura. Eso no es una cuestión de opinión. Los estudios publicados en prestigiosas revistas científicas por el equipo del Proyecto de Investigación de la Sábana Santa de Turín lo avalan», destacó Rodríguez. «Este equipo norteamericano concluyó que no había ningún procedimiento que explicase completamente cómo se había originado la imagen: ni físico, ni médico, ni químico… No se sabe qué causa directa generó una huella así».
Sin embargo, el sentido del misterio de la Sábana Santa no es la resolución de los interrogantes científicos, y su importancia no radica en sí misma o los detalles que expliquen su creación. Como documento de la realidad histórica de Jesús, su alcance es mucho más profundo, como lo ha comprobado Jorge Rodríguez a lo largo de su labor de divulgación de la reliquia: «Es evidente que la Sábana Santa no es necesaria para la fe, pero la refuerza, porque en definitiva
refleja el amor de Dios por los hombres. En ocasiones, he encontrado a personas que tras escuchar una conferencia sobre la Sábana me han dicho: «Muchas gracias, no sabe el bien que me ha hecho». Yo pienso que eso es, en realidad, gracias al Espíritu Santo. Quizás Dios quiere utilizar la Sábana para mover los corazones de la gente»
Con información de Paraula.
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