Ciudad del Vaticano (Domingo, 29-04-2012, Gaudium Press) Apertura a la voluntad de Dios para la vocación en mi vida, es garantía de una plena realización de mi libertad. En el Regina Coeli de ayer el Santo Padre habló sobre el tema de la vocación a la vida dedicada a Dios en el sacerdocio. En toda la Iglesia, por ocasión del Domingo «del Buen Pastor», ayer se celebra el Día Mundial de Oración por las Vocaciones. «Recemos para que todos los jóvenes estén atentos a la voz de Dios que interiormente habla a su corazón y los llama a separarse de todo para servirlo», dijo el Papa.
Para el Papa, «en la Iglesia se descubre que la vida de todo hombre es una historia de amor» |
«El Señor llama siempre, pero tantas veces no lo escuchamos. Somos distraídos por muchas cosas, por otras voces más superficiales y después tenemos miedo de oír la voz del Señor, porque pensamos que nos pueda quitar nuestra libertad». Benedicto XVI recordó que Dios actúa según su amor por el hombre. Nosotros somos un «fruto del amor». El Papa resaltó que este amor cambia la óptica de la propia vida.
«Mi vida cambia: se torna una respuesta a este amor, mayor que cualquier otro, y así se realiza plenamente mi libertad». El Santo Padre recordó también que «en la Iglesia se descubre que la vida de todo hombre es una historia de amor».
En el saludo en lengua española el Papa pidió para que Jesús «conceda a su Iglesia abundantes vocaciones sacerdotales, religiosas y misioneras, que ayuden a sus hermanos a acoger su mensaje de salvación.»
Ayer de mañana Benedicto XVI consagró en la Basílica vaticana a los nueve sacerdotes para la Diócesis de Roma.
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