La fortaleza de San Esteban, primer mártir cristiano, fue la relación con Dios

Ciudad del Vaticano (Miércoles, 02-05-2012, Gaudium Press) El testimonio de la oración de San Esteban nos enseña que la oración «debe ser contemplación de Jesús a la derecha de Dios, de Jesús como Señor de la nuestra, de mi existencia cotidiana». De esa relación derivaba su fuerza interior para «enfrentar a los perseguidores», observó el Papa en la audiencia general sobre el tema de la oración del primer mártir cristiano narrada en los Hechos de los Apóstoles. En el primer aniversario de la beatificación de Juan Pablo II el día 1° de mayo, el Papa manifestó el deseo a los presentes, entre ellos numerosos polacos, que el «testimonio de su vida, la enseñanza y el amor por la patria permanezcan vuestra particular herencia».

Esteban, uno de los primeros diáconos, en su largo discurso al tribunal «muestra estar en religiosa escucha, emerge siempre Dios, que no se cansa de ir al encuentro del hombre a pesar de encontrar una obstinada oposición». Su fe se funde en Jesús. Delante del tribunal tiene el coraje de recordar que Jesús es «el nuevo templo» que «inaugura el nuevo culto» releyendo toda la narración bíblica.

Para celebrar la beatificación de Juan Pablo II fueron celebradas tres misas, dos en la basílica vaticana y otra en la iglesia de San Estanislao

«En su meditación – continuó el Papa – sobre el actuar de Dios en la historia de la salvación, evidenciando la perenne tentación de rechazar a Dios y su acción, él [Esteban] afirma que Jesús es el Justo anunciado por los profetas; en Él el propio Dios se hizo presente de modo único y definitivo: Jesús es el «lugar» del verdadero culto. Esteban no niega la importancia del templo por un cierto tiempo».

El testimonio de Esteban se confirma plenamente en su martirio que es «el cumplimiento de su vida y su mensaje: él se torna una sola cosa con Cristo». Agregó, «su meditación sobre el actuar de Dios en la historia, sobre la Palabra divina que alcanzó su punto culminante en Jesucristo, se torna una participación a la propia oración de la Cruz». Su testimonio «nos ofrece algunas indicaciones para nuestra oración y nuestra vida». Su fuerza deriva «de su relación con Dios, de la meditación sobre la historia de la salvación, del ver el actuar de Dios, que en Jesucristo alcanzó el ápice».

La atmósfera de la audiencia general de hoy de mañana fue dominada por la numerosa presencia de los polacos, más de 7 mil personas entre las 40 mil presentes en la Plaza San Pedro. El motivo fue el primer aniversario de la beatificación de Juan Pablo II. Para celebrar esta fecha fueron celebradas tres misas, dos en la Basílica vaticana y la tercera en la iglesia «polaca» de San Estanislao, obispo y mártir. La numerosa presencia de los compatriotas del Papa Wojtyla fue también motivada por los feriados en el país: 1° de mayo, Día del Trabajador y 3 de mayo, el aniversario de la primera constitución polaca.