Ciudad del Vaticano (Miércoles, 02-05-2012, Gaudium Press) En razón del Día Mundial de la Oración para la Santificación del Clero, que será celebrado el próximo 15 de junio, junto con la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, el prefecto de la Congregación para el Clero, Cardenal Mauro Piacenza envió una carta a los sacerdotes. En ella, entre otras cosas, el purpurado recordó a los presbíteros el llamado de ellos a la santidad y los exhortó a la nueva evangelización, con el intuito de evitar que las naciones cristianas caigan en un nuevo tipo de ateísmo.
Según el Cardenal Piacenza, las naciones cristianas ya no sienten la tentación de ceder a un ateísmo genérico, como en el pasado, «pero corren el riesgo de ser víctimas de este particular ateísmo que viene de haber olvidado la belleza y el calor de la Revelación Trinitaria».
Para el prefecto de la Congregación para el Clero, a los sacerdotes cabe la tarea de evitar que los fieles cedan al ateísmo. Ellos «deben canalizar todo hacia la Comunión Trinitaria: solo a partir de ella, y profundizando en ella, los fieles pueden descubrir verdaderamente el rostro de Hijo de Dios y su contemporaneidad, y pueden verdaderamente llegar al corazón de todo hombre y a la patria a la cual todos son llamados».
Deteniéndose más ampliamente en la importancia de la actividad sacerdotal, el Cardenal Piacenza destacó que, al ser ordenado, el sacerdote no acepta apenas la invitación para santificarse, sino también la de convertirse en ministro de la santificación. «No podemos santificarnos sin trabajar para la santidad de nuestros hermanos, y no podemos trabajar en la santidad de nuestros hermanos sin que antes hayamos trabajado y trabajemos por nuestra santidad», dijo.
En este sentido, el Cardenal comentó los escándalos en que estuvieron envueltos algunos de los miembros del clero y que levantaron sospechas sobre sacerdotes honestos. «Como ministros de la misericordia de Dios, sabemos, por lo tanto, que la búsqueda de la santidad siempre puede ser retomada a partir del arrepentimiento y del perdón. Entretanto, a veces sentimos la necesidad de pedirlo, cada sacerdote, en nombre de todos los sacerdotes y para todos los sacerdotes», manifestó.
Para concluir su mensaje, el purpurado habló sobre la importancia del Año de la Fe en el sentido de llevar el mensaje de Cristo a todo el mundo.
Según el Cardenal Piacenza, «no será posible ninguna evangelización si los cristianos no somos capaces de sorprender y conmover nuevamente el mundo con el anuncio de la Naturaleza del Amor de Nuestro Dios, en las Tres Divinas Personas que la expresan y que nos hacen partícipes de su misma vida».
«El mundo de hoy, con sus laceraciones cada vez más dolorosas y preocupantes, necesita de Dios – Trinidad, y anunciarlo es la tarea de la Iglesia. La Iglesia, para poder desempeñar esta tarea, debe permanecer indisolublemente abrazada a Cristo y no dejar nunca que se separe de El: necesita de santos que vivan ‘en el corazón de Jesús’ y sean testimonios felices del Amor Trinitario de Dios. Y los sacerdotes, para servir a la Iglesia y el mundo, necesitan ser santos!», concluyó el purpurado.
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