Valencia (Viernes, 04-05-2012, Gaudium Press) «La nueva evangelización pasa por asumir un proyecto que se centra en Cristo, al que hay que conocer, amar e imitar», afirmó el Arzobispo de Valencia, Mons. Carlos Osoro,al anunciar la nueva meta que ha trazado para su Arquidiócesis: «Asumir la «adoración perpetua» los trescientos sesenta y cinco días del año durante las veinticuatro horas de cada día». La presentación de este proyecto fue hecha en la carta pastoral que el prelado escribe semanalmente y que se publicó el día de hoy en el semanario Paraula.
Mons. Carlos Osoro, Arzobispo de Valencia. Foto: Alberto Sáiz. |
«Vamos a iniciar la «adoración perpetua» en el comienzo mismo del «Año de la fe», anunció Mons. Osoro, quien explicó que, ante los retos de los tiempos actuales, la adoración eucarística es la herramienta para «volver a entrar en nuestras raíces, las que han dado gloria y capacidad creativa» a la Iglesia Católica. «Naturalmente que ello requiere una organización, unos responsables y muchos cristianos que comprometan un tiempo de su vida durante el día o la noche a esta tarea», afirmó el prelado en este primer llamamiento.
Después de realizar este anuncio, el Arzobispo dedica el cuerpo del mensaje a una emotiva apología de este sacramento, origen y centro de la vida cristiana. «¡Qué hondura alcanza la existencia humana cuando entra en comunión con Cristo en la Eucaristía!» expresó Mons. Osoro. «La Eucaristía es nuestro tesoro más valioso. Es el sacramento por excelencia, pues nos introduce anticipadamente en la vida eterna. La Eucaristía contiene todo el misterio de nuestra salvación y es la fuente y la cumbre de la acción y de la vida de la Iglesia».
«En estos momentos que estamos viviendo los hombres, es fundamental acercarnos al misterio de la Eucaristía y descubrir en Él, que es el Sacramento de la caridad y del amor», exhortó el prelado. «En la Eucaristía se manifiesta el amor más grande, ese amor que impulsa a dar la vida por todos los hombres hasta el extremo». Este es el alimento del discípulo, en palabras de Mons. Osoro, lo que le permite llevar a cabo su tarea de entrega caritativa. «Cuando nos alimentamos con fe de su Cuerpo y de su Sangre, su amor pasa a nosotros y nos capacita para dar la vida por nuestros hermanos y a no vivir para nosotros mismos. ¡Atrévete a que su amor pase por tu vida! Aquí está el manantial de la alegría cristiana, brota de aquí, es la alegría del amor verdadero y la alegría de sentirnos amados»
El Arzobispo culminó su carta declarando que la Eucaristía es la manera indicada de poder llegar y abrazar a todos los hombres: «La Iglesia es como una red, que gracias a la comunidad eucarística, en la que todos nosotros estamos, al recibir al mismo Señor, nos transformamos en un solo cuerpo y abrazamos a todo el mundo», expuso Mons. Osoro. «De ahí la centralidad de la Eucaristía en la vida de la Iglesia, tanto mediante la celebración digna de la Cena del Señor como mediante la adoración silenciosa del Santísimo Sacramento, pues la vida de cada cristiano tiene que tomar «forma eucarística». La Verdad y el Amor son las caras que contemplamos y acogemos en el misterio de la Eucaristía», concluyó.
Con información de Paraula
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