Ciudad del Vaticano (Jueves, 03-05-2012, Gaudium Press) El cardenal brasileño Mons. João Braz de Aviz recibió el pasado día 21 de abril nuevas atribuciones del Vaticano. Pasó a ser miembro de la Congregación para el Clero, del Pontificio Comité para los Congresos Eucarísticos Internacionales y de la Congregación para la Educación Católica. En entrevista al diario «O São Paulo» de la Arquidiócesis de San Pablo, Brasil, el purpurado comentó sobre los nombramientos y la responsabilidad de haber sido creado cardenal por el Papa Benedicto XVI.
Card. João Braz de Aviz |
Respecto a sus nuevas atribuciones, el Card. Aviz explicó que se trata de una práctica de la Santa Sede cuando nombra cardenales u otros miembros de congregaciones pontificias o de pontificios consejos como miembros consultores también de otras congregaciones o pontificios consejos. «Normalmente los consultores nombrados son llamados a participar de asambleas plenarias que se realizan de tiempo en tiempo en los varios dicasterios. Como se trata de campos a los cuales dediqué buena parte de mi trabajo como sacerdote y obispo, coloco mi experiencia, con simplicidad, a disposición de la Iglesia», dijo.
El purpurado también comentó cómo pretende conciliar sus nuevas atribuciones con la función ya establecida de prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica. Conforme el Cardenal, su trabajo en la Congregación es diario y cuenta con el auxilio de un equipo de 40 personas. «Estamos al servicio de los consagrados y consagradas del mundo entero. El trabajo no es poco. Cuando yo sea llamado a colaborar en los otros dicasterios para los cuales el Santo Padre me nombró como consultor, estaré allá, si Dios quiere», afirmó.
Mons. Aviz habló también sobre la experiencia del cardenalato. «Pienso, junto a tantos otros hermanos cardenales, que ser cardenal es una ocasión preciosa y calificada para servir a la Iglesia y, de modo muy especial, en la fidelidad al Santo Padre y bajo él», expresó. Conforme el purpurado, su trabajo actual consiste en viajes por todo el mundo, al servicio de los consagrados, en nombre del Papa y, rutinariamente, consultas de documentos y encaminamiento de discernimientos en torno a la vida consagrada y acogida de personas en su sala en la Congregación.
Por último, el purpurado expresó su cariño y amor por la oportunidad de estar en Roma y trabajar más cerca del Santo Padre. «Pasé a amar esa misión por el significado profundo que ella tiene: auxiliar al Papa en el acompañamiento de las órdenes religiosas, de los eremitas, las congregaciones, las sociedades de vida apostólica, los institutos seculares y de la Orden de las Vírgenes», declaró.
Con informaciones del Diario «O São Paulo», de la Arquidiócesis de San Pablo.
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