Bogotá (Jueves, 10-05-2012, Gaudium Press) Monseñor Juan Vicente Córdoba, Obispo de Fontibón y Secretario de la Conferencia Episcopal de Colombia, dirigió en la tarde de ayer un conversatorio con los jóvenes de la Zona Pastoral de la Inmaculada Concepción en la Arquidiócesis de Bogotá, Colombia. En este encuentro, el Obispo invitó a los jóvenes a formarse para asumir responsabilidades en la realidad política de la sociedad, y hacerse «discípulos misioneros que anuncien a Jesús en todas las dimensiones de la vida».
En diálogo con Gaudium Press, Mons. Córdoba explicó el sentido de este conversatorio con los jóvenes y su invitación a tomar parte en las actividades de la vida pública del país. «Es compartir nuestra fe, somos una Iglesia y vamos juntos». Es misión de los pastores de la Iglesia «formar con caridad y claridad» a sus fieles y «corresponde a los laicos evangelizar en las cosas temporales», afirmó.
La presencia de los jóvenes católicos en la sociedad y la política es un testimonio de fe, explicó el Obispo: «Estamos unidos por algo que no es el poder, ni el dinero, no es por los votos: es por los valores evangélicos de la vida, la familia y la dignidad humana. Esto es importantísimo». Mons. Córdoba destacó, además, que el católico no puede quedarse en la expresión privada de su fe. «Un joven discípulo misionero debe anunciar a Jesús en todas sus dimensiones: se divierte distinto, baila de forma distinta, tiene un noviazgo distinto. Debe expresar lo interno en todo lo demás».
Espiritualidad y excelencia
«Necesitamos verdaderos discípulos misioneros», exhortó Mons. Juan Vicente Córdoba |
Sobre la preparación de quienes se sienten llamados a una misión cristiana en la realidad política, Mons Córdoba indicó un camino exigente: «Son dos cosas. La primera es un itinerario espiritual. Podemos encontrar gente con momentos de espiritualidad, con chispazos de fe, pero es difícil encontrar personas con espiritualidad. Necesitamos verdaderos discípulos misioneros, como lo pidieron los Obispos en Aparecida, personas que no cambien a mitad de camino por un ofrecimiento».
La segunda condición es también demandante: «Deben ser excelentes en su formación profesional. Podríamos tener personas de muy buena voluntad, pero ¿cómo desempeñarían un cargo si no tienen excelencia?», se preguntó el Obispo. «Necesitamos ingenieros, arquitectos, abogados, politólogos, médicos que tengan vocación política».
Mons. Córdoba también manifestó ser consciente de los riesgos y las influencias negativas, pero expresó su confianza en que los católicos pueden hacer las cosas de una forma diferente. «Si vamos juntos es distinto. Entonces podrían llegar jóvenes de las universidades católicas, de las parroquias. Personas inteligentes, preparadas. No es la jerarquía de la Iglesia haciendo eso», aclaró, «son los mismos laicos, apoyados en toda la formación que la Iglesia puede dar».
Testimonio católico en la vida pública
Monseñor Córdoba y un grupo de asistentes al conversatorio |
En el conversatorio, el Obispo recordó a los jóvenes que los católicos están llamados a la defensa de los valores fundamentales: «Hay cosas negociables y cosas no negociables», expresó. «Definir una ruta de un sistema de transporte o el monto de un impuesto es negociable, pero la definición natural de la familia o el respeto a la vida no son negociables».
El ejercicio político de un católico debe ser coherente con estos valores, en palabras de Mons. Córdoba: «La religión católica no es para escoger como quien elige los sabores de un helado, decidir qué cosas quiere y cuáles no. La Iglesia tiene la revelación, la tradición, el magisterio, una doctrina, que tienen que enseñarse con claridad. De esta forma debe formar un padre a sus hijos, un educador a sus alumnos, es lo que los Obispos debemos hacer con los fieles».
Durante la charla, el Obispo reiteró este llamado, manifestado en una reciente carta escrita a los fieles de su diócesis, en la cual exhortó a los católicos a defender con firmeza la definición natural de la familia. «Dejemos el letargo, unámonos, hagamos diálogos. No estamos proponiendo luchas ni peleas», explicó Mons. Córdoba. «Estamos convocando un diálogo con la sociedad civil, con las Cortes, con el Congreso, para no permitir que atropellen la familia».
Gaudium Press / Miguel Farías
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