sábado, 23 de noviembre de 2024
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"Es un privilegio ser cristianos en tiempos difíciles", dijo Arzobispo de Santiago durante consagración de la capilla Nuestra Señora de Fátima, en Chile

Santiago (Lunes, 14-05-2012, Gaudium Press) El sábado 12 de mayo en la tarde, el Arzobispo de Santiago de Chile, monseñor Ricardo Ezzati, se trasladó hasta la comuna de La Florida para encabezar la ceremonia de consagración e inauguración de la capilla Nuestra Señora de Fátima perteneciente a la parroquia San José Obrero.

Fátima2.jpgLa celebración comenzó con la solemne procesión de la imagen peregrina de la Virgen de Fátima que fue transportada por los Heraldos del Evangelio y seguida por una centena de fieles quienes acompañaron a la Madre de Dios rezando con mucho fervor el santo rosario y entonando cantos en su honor.

El oficio religioso contó con la presencia de las autoridades comunales, dirigentes católicos del sector, delegaciones de colegios y fieles en general que con mucha alegría y orgullo dieron gracias a Dios por haber permitido la construcción de este nuevo espacio destinado a su gloria.

Amor de Dios: único y verdadero alimento de la comunidad cristiana

En su homilía, el Pastor de Santiago destacó el sentido de los numerosos signos presentes en la celebración de consagración del templo y exhortó a los presentes a mantenerse en el amor de Dios, ya que «lo que alimenta la vida de la comunidad cristiana es justamente el amor que Dios nos tiene».

«Con la ayuda de Dios, con la materna protección de la Virgen María, la comunidad cristiana está llamada a ser una comunidad que mientras va peregrinando por el mundo hacia el corazón del Padre, aprende a amar, aprende a alargar cada vez más el corazón a los hermanos y a las hermanas, y aprende a construir una civilización del don, una civilización del amor, tarea nunca acabada porque justamente estamos llamados a amar como Dios nos ama, como Cristo nos ama», dijo.

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Mons. Ezzati preside la procesión

Y agregó: «Es en la palabra proclamada donde la comunidad tiene el primer alimento, aquel alimento que lo sustenta, aquel alimento que le da identidad, aquel alimento que le permite superar la superficialidad de decirse cristiano sin serlo de verdad. La palabra de Dios que ha sido entronizada es la fuerza, es el primer alimento que la comunidad cristiana necesita para crecer».

«Es un privilegio ser cristianos en tiempos difíciles»

Más adelante, monseñor Ezzati recordó a los presentes que «es un privilegio ser cristianos en tiempos difíciles, y a nosotros nos toca ese privilegio, de ser auténticamente cristianos en este tiempo tan difícil que nos toca vivir por un mundo secularizado, por tantas y tantas situaciones humanas que forman parte también de nuestro propio pecado».

En este sentido enfatizó que «es justamente en tiempos difíciles cuando la comunidad cristiana está llamada a tener el orgullo, bien entendido, no el orgullo soberbio sino la fuerza, la fortaleza para ser cristianos, auténticos cristianos en medio del oleaje grande en el cual estamos metidos».

«Que este lugar se convierta para todos ustedes en un espacio de consuelo, en un espacio de esperanza para que en este lugar de la ciudad la comunidad cristiana que aquí crece, que aquí vive su fe, pueda dar un testimonio alegre, un testimonio contagiante de lo bello que es ser seguir a Jesucristo y ser parte de su Iglesia», expresó al terminar su mensaje.

«Ojalá quede siempre un andamio en los templos construidos que nos recuerde que la Iglesia nunca está terminada»

En diálogo con Gaudium Press, el Arzobispo de Santiago manifestó al término de la eucaristía que «cada capilla es signo de la Iglesia viva, construida con piedras vivas, unida a Jesucristo y animada con el Espíritu» y el compromiso más fundamental que cada cristiano asume es la construcción constante de ese Templo vivo.

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El Arzobispo de Santiago durante la homilía

En relación a la historia de esfuerzo y perseverancia de los fieles que trabajaron en la construcción de la capilla, monseñor Ezzati señaló: «Me pareció muy hermoso escucharlo, y es así, porque un templo construido siempre es fruto del esfuerzo también de la comunidad y ojalá quede siempre un andamio en los templos construidos que nos recuerde que la Iglesia nunca está terminada, que siempre debemos seguir construyéndola con la santidad personal y con el aporte generoso de todos los miembros de la Iglesia, de los laicos, de los consagrados, de los sacerdotes, del obispo y del Papa».

Sobre la participación de los Heraldos del Evangelio en la coordinación y apoyo de la celebración el prelado destacó: «Muy bonito también la participación de los Heraldos del Evangelio, encontré que es una iniciativa muy hermosa. Ellos tienen como uno de los elementos de su carisma la devoción a la Virgen de Fátima y creo que le han dado a nuestra celebración también un aporte de fe muy importante y muy bello».

 

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