Roma (Miércoles, 16-05-2012, Gaudium Press) El tradicional diario italiano L’Osservatore Romano publicó ayer martes 15, un editorial respecto al más reciente viaje del Papa, a las ciudades de Arezzo y Sansepolcro, en la región de Toscana. Según el periódico, este viaje, que también contaba con la visita a la ciudad de La Verna, pero que no fue posible gracias al mal tiempo, constituyó «un itinerario sobre el porqué y sobre el cómo ser cristianos al servicio del bien común en la sociedad».
Deteniéndose con más énfasis en la visita no realizada a La Verna, el periódico afirma que las «palabras de Benedicto XVI fueron más fuertes que el mal tiempo que le impidió volver» a la ciudad. En este sentido, el diario relató algunos trechos del discurso que el Pontífice haría en la región respecto a las «raíces del vivir cristiano que, cuando a los católicos se solicita el compromiso en la ciudad secular, hoy afligida por la crisis y el desánimo, explican su alma».
En el discurso previsto para el municipio italiano, Benedicto XVI afirma la necesidad de «subir espiritualmente a La Verna, escuchar la voz de Dios y después bajar del monte, transformados y listos para servir no a los propios intereses, sino a las necesidades de los otros, especialmente de los más pobres y necesitados».
Con todo, según L’Osservatore Romano, el Papa advierte en su discurso que la implementación de ciudades con perfil más humano no pueden ser hechas a través de lógicas puramente materialistas. «Es preciso siempre y sobre todo en el presente un despertar ético. Ni los creyentes pueden realizarlo si dicen solo palabras, o hacen el bien sin conformar la propia vida con Cristo, a ejemplo de San Francisco. Con efecto, el corazón de la experiencia de La Verna consiste en seguir a Cristo, buscando imitarlo y configurarse con Él», dice el Santo Padre.
El periódico italiano declara que, a través de este comentario sobre La Verna, Benedicto XVI quiso narrar la historia de los fundadores locales, que, «volviendo de Jerusalén, pensaron en un modelo de ciudad en la cual los discípulos de Jesús eran llamados a ser el motor de la sociedad y la paz, a través de la práctica de la justicia».
Modelo que, como resalta el periódico, solo puede ser alcanzado con una condición: mantener la mirada y el corazón fijos con Dios que no se aleja de la vida cotidiana, propia de la humanidad, sino se orienta y hace que ella sea vivida de modo todavía más intenso. «Dios no quiere permanecer cerrado en la soledad de La Verna, sino desciende con los hombres a la ciudad donde ellos viven», afirma L’Osservatore Romano, recordando las palabras del Pontífice.
A través de estas palabras, el Papa piensa en un determinado tipo de cristiano; que está presente y que es emprendedor y coherente con la propia fe. «No solo activistas sociales o políticos, sino portadores de una esperanza que no desilusiona, fundada en la resurrección de Jesús, contextualizada en el amor fraterno para con todos, próximos y distantes», destacó el diario romano.
Ser cristiano tiene sentido si somos sal de la sociedad
De acuerdo con el periódico, esta íntima convicción teológica, que trasparece en las palabras del Santo Padre, se sobresalió con vigor en los encuentros del Papa con la comunidad de Arezzo y Sansepolcro, pues, conforme L’Osservatore Romano, «también hoy, como sucedió fructuosamente en las épocas pasadas de la Edad Media y el Renacimiento, ser cristiano tiene sentido si somos sal de la sociedad; si dejamos del ser, renunciando a nuestra diversidad, nos tornamos superfluos como la sal que, al perder el sabor, es dejada fuera».
El periódico concluyó su editorial, destacando que, por medio de las palabras de Benedicto XVI, se vuelve claro el motivo de «su evidente decepción de tener que saltar la etapa de La Verna, experiencia franciscana emblemática y uno de los modelos cautivantes de ser cristiano». «De hecho, cuántos peregrinos subieron allá en busca de Dios que es la verdadera razón por la cual la Iglesia existe: servir de puente entre Dios y el hombre».
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