Roma (Martes, 22-05-2012, Gaudium Press) Recibido con una gran alegría por las numerosas familias con niños, el Cardenal João Braz de Aviz, un brasileño que hace un año y medio está en la dirección de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, tomó posesión en la mañana del domingo de la Diaconía de la Iglesia parroquial de Santa Helena, fuera de la Porta Prenestina, en el barrio romano Prenestino-Labicano de la zona histórica de Pigneto.
El Cardenal Braz de Aviz fue creado cardenal por el Papa Benedicto XVI en el consistorio del 18 de febrero pasado |
Por ocasión de la solemnidad de la Ascensión del Señor y en la proximidad del Año de la Fe, el purpurado reafirmó la necesidad de «retomar el camino de la fe» en la dimensión personal y comunitaria y administró el Sacramento del Crisma a algunos parroquianos jóvenes. El Cardenal Braz de Aviz fue creado cardenal por el Papa Benedicto XVI en el consistorio del 18 de febrero pasado.
Santa Helena fuera de la Porta Prenestina celebrará próximamente el centenario de la propia fundación. Hace nueve años es regida por el clero diocesano de Roma, antes era confiada a la orden religiosa de los Oblatos de María Virgen. Junto al párroco romano, Mons. Stefano Rulli, trabajan un vicario, Mons. Giampiero Ialongo, con dos colaboradores de la India. Hoy es una parroquia pequeña para una dimensión romana, de 7 mil personas y tendencialmente anciana. Su carácter popular hace algunos años fue cambiada por la presencia de universitarios e inmigrantes. Por los ritmos de trabajo de las personas, la vida parroquial sucede principalmente en domingo. Se encuentra en la proximidad de la Basílica de Santa Cruz de Jerusalén. La entrada es por la ruidosa Via Casilina.
El Card. Braz de Aviz es el tercer cardenal que toma posesión de la diaconía. A su llegada, según el rito, el purpurado fue saludado con un Crucifijo que besó. Después se hizo frente a una gran estatua de madera de Santa Helena que lleva la cruz, representando la tradición según la cual la Santa encontró la reliquia de la cruz de Jesucristo. Desde la nave central de la iglesia llegó hasta la capilla del Santísimo Sacramentos para hacer una oración personal. Caminando saludó a las personas con su característica gentil y simpática sonrisa.
Una «persona conocida, estimada y amada». Con estas palabras al inicio de la Misa fue presentado el cardenal por parte del párroco. «Quiero decirles que esperé con mucha alegría», dijo el purpurado. En una breve homilía se concentró en el tema de la solemnidad, la fe y la oración. Recordando las palabras del Papa Benedicto XVI sobre el «cansancio con la fe», el cardenal Braz dijo que «debemos retomar el camino de la fe». Recordó también que nuestro destino, «la casa definitiva» es el Cielo. «Esto no es una señal», resaltó. Las palabras tuvieron un particular tono para quienes recibieron del purpurado el Sacramento del Crisma. Hablando sobre el rito del beso de la cruz en su entrada, afirmó que el amor que Jesús manifestó en la cruz «tenemos que vivirlo en la comunidad».
En la Misa estaban presentes los más próximos colaboradores, el secretario del Dicasterio, Mons. Joseph Tobin, el subsecretario, Padre Sebastiano Paciolla, O. Cist. Estaba presente también el embajador del Brasil ante la Santa Sede, Almir Franco de Sá Barbuda, con dos colaboradores.
La iglesia fue visitada por el Papa Juan Pablo II el 17 de enero de 1993.
Deje su Comentario