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Ciudad del Vaticano (Jueves, 24-05-2012, Gaudium Press) «El primero, verdadero y único deber permanece aquel de empeñar la vida por aquello que vale la pena, por aquello que es realmente confiable, necesario y último», esto es, transmitir a Dios «celebrado, profesado y testimoniado», afirmó el Santo Padre a los obispos italianos recibidos hoy de mañana en la audiencia privada por ocasión de la 64ª Asamblea General de la Conferencia Episcopal Italiana realizada en Roam del 21 al 25 de mayo. El Santo Padre en la proximidad del Año de la Fe habló en el discurso sobre el tema de la renovación de la fe.
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| El Papa convocó a una justa recepción del Concilio Vaticano II en la «hermenéutica de la continuidad y la reforma» |
El deber de un obispo es aquel de «anunciar, de mostrar, de guiar al encuentro con Él», con Dios a las personas que «inconscientemente» lo buscan. En esta misión, el punto de partida recordó el Papa, es la relación personal con Dios, desarrollada principalmente a través de la Santa Misa. «La primera condición para hablar de Dios es hablar con Dios, tornarse cada vez más hombres de Dios, nutridos por una intensa vida de oración y plasmados por su Gracia», resaltó el Pontífice.
No bastan los nuevos métodos
Benedicto XVI anhela una clave justa de la profundización y recepción del magisterio de la Iglesia del Concilio Vaticano II, «una hermenéutica de la continuidad y la reforma» para «ofrecer una respuesta significativa a las grandes transformaciones sociales y culturales» de hoy. El Papa observó que «no bastan nuevos métodos de anuncio evangélico o de acción pastoral para hacer que la propuesta cristiana pueda encontrar mayor acogimiento e intercambio». El mundo precisa de Dios «celebrado, profesado y testimoniado».
«No habrá un nuevo lanzamiento de la acción misionera sin la renovación de la calidad de nuestra fe y nuestra oración; no seremos capaces de conquistar a los hombres para el Evangelio si no nos dirigimos a nosotros mismos, en primer lugar, a una profunda experiencia de Dios», explicó el Santo Padre invitando a dejarnos «encontrar y aferrar a Dios, para ayudar a todas las personas que encontramos a ser alcanzadas por la Verdad».
El encuentro del Papa con los obispos italianos terminó con una oración al Espíritu Santo en la proximidad de Pentecostés que será celebrada de aquí a dos días. La Asamblea General de la Conferencia Episcopal Italiana sucedió con el tema «Los adultos en la comunidad: maduros en la fe y testigos de la humanidad».
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