Tubarão (Lunes, 04-06-2012, Gaudium Press) Después de muchos clics y de una corriente de opinión que se creó en las redes sociales, a través del Facebook, Twitter, Google+, Orkut, Blogs, el pedido de la diócesis catarinense de Tubarão llegó a los oídos del comité organizador de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), y la beata Albertina Berkenbrock fue escogida como una de las intercesoras de este que será el mayor evento de la juventud católica en Brasil.
Beata Albertina Berkenbrock |
Y teniendo en vista la visibilidad y grandiosidad de ese encuentro, que el año que viene sucederá por primera vez en Brasil, en la ciudad de Río de Janeiro, y sabiendo que él está destinado a los jóvenes, la diócesis catarinense buscó conquistar la adhesión de todos en su campaña y presentó como modelo para la juventud a su joven más conocida: Albertina Berkenbrock, virtuosa en los valores evangélicos, sobre todo en la pureza. Según la coordinación diocesana de Tubarão, la beata Albertina es el modelo, el paradigma a quien los jóvenes de hoy deben seguir y reflejar.
Con ese propósito, la diócesis clamó la ayuda de todos para que, a través del uso de redes sociales, esa idea fuese bien difundida al punto de convencer al comité organizador de la JMJ a adherir a la campaña. Y después del anuncio de la elección de la Beata Albertina como intercesora de la jornada, la diócesis agradece a todos los que ayudaron y participaron de esa iniciativa, lo que hará que la bienaventurada esté en los altares de la JMJ 2013.
La Beata Albertina Berkenbrock
Albertina nació el día 11 de abril de 1919, en San Luís, municipio de Imaruí, en Santa Catarina. Se confesaba con frecuencia, iba regularmente a misa y comulgaba con fervor. Albertina fue también muy devota de la Virgen, la veneraba con cariño, tanto en la capilla de la comunidad como en casa. Junto con sus familiares recitaba el rosario y recomendaba a María su alma y su salvación eterna.
La formación cristiana despertó en Albertina la inclinación a la bondad, a las prácticas religiosas y la vivencia de las virtudes cristianas, en la medida en que una niña de su edad las entendía y podía vivirlas. Era persona cándida, simple, sin pretensiones, se vestía con simplicidad y modestia. Su caridad era grande. Le gustaba acompañar a las niñas más pobres, jugar con ellas y con ellas dividir el pan que traía de casa para comer en el recreo de las clases.
Todas estas actitudes cristianas muestran que Albertina, a pesar de su poca edad, era persona impregnada de Evangelio. No es de extrañar, por tanto, que haya tenido fuerzas para comportarse con fortaleza cristiana en el momento de su muerte a fin de defender su pureza y virginidad. Ella fue asesinada a los 12 años de edad el día 15 de junio de 1931 por Maneco Palhoça, un empleado de su padre, que intentó violentarla. Hubo una larga y terrible lucha entre ellos, hasta que el hombre degolló a Albertina con un cuchillo.
La Beatificación de Albertina ocurrió en solemne celebración eucarística el día 20 de octubre de 2007, frente a la Catedral Diocesana de Tubarão. Presidió la Ceremonia el Cardenal Saraiva -entonces Prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, de la Santa Sede.
Los patronos e intercesores de la próxima JMJ fueron hombres y mujeres que durante sus vidas, en diferentes continentes del mundo y en diversos momentos de la historia, se dejaron conducir por el Espíritu Santo.
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