México y Japón celebrarán 150 años de canonización del primer santo mexicano

Ciudad de México (Martes, 05-06-2012, Gaudium Press) El próximo 8 de junio la Iglesia Católica en México y en Japón se unirán para una especial celebración: el 150º aniversario de canonización de San Felipe de Jesús, primer santo mexicano que murió martirizado en Japón el 5 de febrero de 1597.

Para conmemorar esta efeméride tan especial para japonenses y, particularmente, para los mexicanos -donde hay una especial devoción por el santo franciscano-, la Arquidiócesis de México -donde es Patrono San Felipe-, así como las ciudades japonesas de Nagasaki, Hiroshima y Kioto, realizarán varias celebraciones eucarísticas.

Imagen de San Felipe de Jesús situada en el Museo Nacional del Virreinato en Tepotzotlan, México / Foto: Alejandro Linares García

Entre las conmemoraciones, se destacan las Misas que el Nuncio Apostólico en Japón, Mons. Alberto Bottari de Castello, presidirá en las ciudades japonesas del próximo viernes 8 de junio al 10 de este mes.

A parte de la celebración eucarística, en Nagasaki, ciudad donde San Felipe fue crucificado y atravesado por 3 lanzas, se realizará una exposición con obras hechas hace más de 50 años por niños mexicanos para la inauguración de una iglesia construida en honor al santo de México, así como el Museo de los 26 mártires en 1962.

«El director del museo, el P. Renzo de Luca S.J. tiene interés en localizar a algunos de los autores, que hoy tendrían alrededor de 60 años, para viajar a Japón y participar de estas celebraciones, así como en un evento que tendrá verificativo en la Ciudad de México en septiembre próximo», cita nota de prensa del Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México (SIAME).

San Felipe de Jesús

Bautizado como Felipe de las Casas, el santo mexicano nació en Ciudad de México en el año 1572, al interior del hogar conformado por Antonio y Antonia, inmigrantes españoles, quienes educaron en la fe al pequeño Felipe.

Siendo muy joven entró al noviciado de los franciscanos, pero lo abandonó al poco tiempo. Años después su padre lo envió a Manila, Filipinas, donde, tras «vivir en las cosas del mundo», regresó con los franciscanos de esta ciudad.

En el año 1596 se le dio la grata noticia que podría ordenarse sacerdote, ante lo cual debía viajar a México, puesto que no había Obispo en Filipinas.

Felipe se embarcó con otros frailes hacia México, pero una tormenta desvió el barco en el que viajaba hacia Japón, donde, con otros misioneros, sufrió la persecución de los cristianos, que lo llevó a su martirio.

Fue canonizado el 8 de junio de 1862 por Pío IX.

Con información de SIAME.