Congregación de la Doctrina de la Fe:"El bien común exige que las leyes reconozcan la unión matrimonial como base de la familia"

Ciudad del Vaticano (Miércoles, 06-06-2012, Gaudium Press) La Sagrada Congregación de la Doctrina de la Fe, dicasterio vaticano encargado de promover y tutelar la ortodoxia de la fe y la moral en todo el mundo católico, ha reafirmado la doctrina católica con relación a la indisolubilidad del matrimonio, la prohibición de contraer nuevas nupcias a personas divorciadas, y la enseñanza del matrimonio natural entre hombre y mujer como base insustituible de la familia, célula primaria de la sociedad.

La Nota lleva la firma del Cardenal Levada

La afirmación doctrinaria de la Congregación vaticana se dio con ocasión de la Nota emitida por el dicasterio -firmada por su Prefecto, el Cardenal William Levada, y aprobada por el Santo Padre- en la que se advierte sobre los errores contenidos en el libro «Just Love. A Framework for Christian Sexual Ethics», de la religiosa americana Margaret A. Farley, R.S.M.

Analizando la opinión de la hermana Farley, quien afirmó que «Desde mi punto de vista (…), las relaciones y los actos homosexuales pueden ser justificados de acuerdo con la misma ética sexual de las relaciones y los actos heterosexuales», la Nota recuerda que «La Iglesia enseña que el respeto hacia las personas homosexuales no puede en modo alguno llevar a (…) la legalización de las uniones homosexuales. El bien común exige que las leyes reconozcan, favorezcan y protejan la unión matrimonial como base de la familia, célula primaria de la sociedad. (…) No atribuir el estatus social y jurídico de matrimonio a formas de vida que no son ni pueden ser matrimoniales no se opone a la justicia, sino que, por el contrario, es requerido por ésta».

Errores sobre indisolubilidad matrimonial y divorciados

Sobre la «posición personal» de la religiosa americana en el sentido de que «el compromiso matrimonial está sujeto a disolución», la Nota expresa que tal aseveración contradice la doctrina católica sobre la indisolubilidad del matrimonio: «El amor conyugal exige de los esposos, por su misma naturaleza, una fidelidad inviolable. Esto es consecuencia del don de sí mismos que se hacen mutuamente los esposos. El auténtico amor tiende por sí mismo a ser algo definitivo, no algo pasajero. Esta íntima unión, en cuanto donación mutua de dos personas, así como el bien de los hijos, exigen la fidelidad de los cónyuges y urgen su indisoluble unidad. (…) El Señor Jesús insiste en la intención original del Creador que quería un matrimonio indisoluble, y deroga la tolerancia que se había introducido en la ley antigua».

Sobre la opinión de Sor Farley, de que los divorciados pueden volver a casarse, el documento vaticano expresa que «dicha opinión contradice la doctrina católica que excluye la posibilidad de segundas nupcias después del divorcio. (…) La Iglesia mantiene, por fidelidad a la palabra de Jesucristo (…) (Mc 10,11-12), que no puede reconocer como válida esta nueva unión, si era válido el primer matrimonio».

Tras los análisis de la doctrina expuesta por la religiosa en el citado libro, la Congregación de la Doctrina de la Fe manifiesta que «lamenta profundamente que un miembro de un Instituto de Vida Consagrada, Sor Margaret A. Farley, R.S.M., haga afirmaciones que están en contraste directo con la doctrina católica en el ámbito de la moral sexual. (…) La Congregación desea, además, alentar a los teólogos para que cumplan con sus tareas de estudio y enseñanza de la teología moral en plena conformidad con los principios de la doctrina católica».