Ciudad del Vaticano (Lunes, 11-06-2012, Gaudium Press) Durante el Ángelus dominical el Santo Padre repitió el valor y la importancia de la adoración eucarística para la vida espiritual de los fieles. En algunos países la celebración de la fiesta de Corpus Christi fue transferida del jueves 7 para el domingo 10 de junio. Benedicto XVI también recordó en el Ángelus el reciente terremoto en la Emilia Romagna, al norte de Italia, que causó la destrucción de muchísimas iglesias en diócesis como Carpi y Mantua, dejándolas inutilizables.
El Papa recordó que, tras el terremoto, la Eucaristía «en algunos casos quedó bajo los escombros» |
Benedicto XVI resaltó la importancia de la presencia eucarística de Jesús en las iglesias, en las cuales «el lugar más sagrado es justamente donde se guarda la Eucaristía». En ese contexto, el Papa habló nuevamente sobre los terremotos en la Emilia Romagna. Ya la semana pasada, en la Misa conclusiva del VII Encuentro Mundial de las Familias, sea con palabras, sea materialmente, aseguró a las personas su proximidad. En el Ángelus, el Pontífice afirmó que no puede dejar «de pensar con conmoción en las numerosas iglesias que fueron gravemente dañadas por el reciente terremoto en la Emilia Romagna, y en el hecho que también el Cuerpo eucarístico de Cristo, en el tabernáculo, en algunos casos quedó bajo los escombros».
Misas al aire libre
El Papa agradeció a los sacerdotes locales por el propio testimonio en la celebración de las Misas al aire libre, o en grandes tiendas; «les agradezco por el testimonio y por lo que están haciendo en favor de toda la población», indicó a esos presbíteros. Es una situación que resalta todavía más la importancia de estar unidos en nombre del Señor, y la fuerza proveniente del Pan eucarístico, llamado también de «pan de los peregrinos». De la fracción de este Pan nace y se renueva la capacidad de compartir también la vida y los bienes, de cargar los pesos unos de los otros, de ser hospitalarios y acogedores», concluyó.
Del Vaticano llegó también otra iniciativa concreta de ayuda a las víctimas del terremoto. Hace casi diez días veinte guardias suizos por cuenta propia contribuyen ofreciendo el tiempo y el empeño en ayudar a la diócesis de Carpi, afectada por el terremoto, renunciando a los días libres. Los jóvenes guardias suizos, en su vida civil adquirieron diversas habilidades: hay quien es carpintero, agricultor, funcionario administrativo, cocinero, mecánico, confitero, jardinero, electricista, hojalatero o estudiante. Todos ellos prestan servicio principalmente en la vigilancia del hospital de Carpi y de Mirandola, y también trabajos pesados. Ellos comparte la situación de las personas alcanzadas por el terremoto: duermen en una carpa y con cinco autos con los cuales llegaron a la ciudad. Ayer en la Iglesia de Santa María de la Piedad en el Camposanto Teutónico en el Vaticano, en la misa de Corpus Christi, fue recogida la ofrenda de ayuda a la diócesis de Carpi.
Deje su Comentario