viernes, 22 de noviembre de 2024
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Con oración y ayunos, católicos chinos piden que no sea ordenado obispo ilegítimo

Harbin (Jueves, 14-06-2012, Gaudium Press) Los católicos de Harbin en el noroeste de China lamentan la próxima ordenación de un obispo ilegítimo por parte de la Asociación Patriótica, organización a través de la cual el Estado pretende controlar la religión católica. Según fuentes de la agencia Asia News, «nadie quiere esta ordenación, ni los católicos oficialistas, ni los católicos clandestinos (fieles a la Santa Sede), ni siquiera el candidato mismo».

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La Catedral del Sagrado Corazón de Jesús, en Harbin, centro de la controversia por la próxima ordenación episcopal ilegímita.

La persona designada para el nombramiento es el P. Joseph Yue Fusheng, quien fuera administrador en Harbin. Según destaca el medio informativo, la Asociación Patriótica ha presionado durante años para hacerlo obispo, pese al rechazo de los fieles y del propio Yue Fusheng a la idea de una ordenación sin el mandato del Papa. «La Asociación Patriótica sólo quiere demostrar su poder sobre la Iglesia y dar una bofetada al Vaticano», aseguró una fuente no revelada.

El P. Yue fue seleccionado por las autoridades como uno de los tres vicepresidentes de la Asociación Patriótica, al lado de Paul Lei Shiyin y Joseph Huang Bingzhang, quienes se hicieron obispos sin autorización del Papa en 2011. La selección de Yue Fusheng fue hecha, según fuentes locales, por su personalidad «poco valiente y débil de carácter».

La ordenación ilegítima estaba programada para el año anterior, pero la oposición generalizada del clero y los fieles lograron impedirla. En esta oportunidad la ordenación es excusada en una «votación libre» de un comité diocesano controlado por la Asociación Patriótica, tras la cual se comenzaron las labores de restauración en la Catedral del Sagrado Corazón como preparación al evento.

Los fieles están especialmente preocupados por la fecha seleccionada por las autoridades: el próximo 29 de junio, Fiesta de San Pedro y San Pablo, que parece significar un insulto directo a Su Santidad Benedicto XVI, sucesor de Pedro.

En esta oportunidad, la obstinación de las autoridades enfrenta el rechazo de la comunidad católica, tanto la controlada por las autoridades como la clandestina. «Ambas comunidades han decidido no cooperar en absoluto con la ordenación y no hacen ninguna preparación», informaron las fuentes de Asia News. «En cambio, están orando y ayunando para que no suceda».

En medio de la tensión, miembros de la policía han visitado a los sacerdotes clandestinos para «invitarlos» a no realizar acción alguna contra la ordenación, ni expresar abiertamente juicio alguno al respecto. La orden reiterada de las autoridades a los sacerdotes es mantenerse en silencio.

Con información de Asia News

 

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