Ciudad del Vaticano (Miércoles, 20-06-2012, Gaudium Press) La oración «genera hombres y mujeres animados no por el egoísmo, el deseo de poseer, la sed de poder, sino por la gratuidad, el deseo de amar, la sed de servir, animados por Dios, y solo así se puede traer luz a la oscuridad del mundo», observó Benedicto XVI continuando el ciclo de la catequesis sobre la oración en el Nuevo Testamento. Hoy habló sobre el himno de bendición, de agradecimiento y de alegría de San Pablo en la Epístola a los Efesios. El Pontífice lanzó también un apelo para que cese «inmediatamente el derramamiento de sangre de tantos inocentes» en Nigeria.
El himno que inicia la Epístola a los Efesios habla sobre «conocer el misterio de su voluntad». Aquel «misterio» nos ofrece la posibilidad de «comprender con todos los santos cual sea la amplitud, la extensión y la profundidad, y de conocer el amor de Cristo». El Papa explicó que el «misterio» no es lo desconocido, sino la voluntad misericordiosa de Dios. La oración de San Pablo invita a «alabar, glorificar y agradecer a Dios Padre como la fuente de los bienes de la salvación».
«Dios nos llamó a la existencia, a la santidad en la vida cristiana y a servirlo en la Iglesia. Y esta elección precede hasta incluso a la creación del mundo. Desde siempre estamos en sus designios, en su pensamiento». Benedicto XVI recordó otro elemento fundamental de la vida de todo hombre – la vocación a la santidad y la comunión con Dios. Este llamado pertenece al designio eterno de Dios que «se extiende en la historia y que comprende todos los hombres y las mujeres del mundo, porque es un llamado universal».
Todos los hombres están predestinadas a ser «hijos adoptivos»
El Santo Padre resaltó que en aquel proyecto «Dios no excluye a nadie». Todos los hombres están «predestinados, elegidos para ser «hijos adoptivos»». Dios lo hace no por nuestra bondad, sino por su amor. A través del Sacrificio de la cruz nos tornamos «propiedad de Dios». La oración de San Pablo nos refiere a la Santísima Trinidad.
Al final de la catequesis el Papa volvió a la invitación a la oración. «En la oración constante, en la relación cotidiana con Dios, nosotros también aprendemos, como San Pablo, a percibir de modo cada vez más claro las señales de este designio y esta acción», de la creación. Una ayuda son los santos, cuya vida muestra «de modo luminoso lo que puede hacer la potencia de Dios en la debilidad del hombre. En toda la historia de la salvación, en la cual Dios se hizo próximo a nosotros y espera con paciencia nuestros tiempos, comprende nuestras infidelidades, alienta nuestro empeño».
En la audiencia general de esta mañana, que ocurrió en la Sala Pablo VI por causa del fuerte calor que llegó en estos días a Roma, el Pontífice habló sobre la situación de Nigeria, donde «continúan los atentados terroristas dirigidos principalmente contra los fieles cristianos». El Papa lanzó un apelo a los «responsables por las violencias para que cesen inmediatamente el derramamiento de sangre de tantos inocentes» y pidió «plena colaboración de todos los componentes sociales de Nigeria, para que no se persiga la vía de la venganza, sino que todos los ciudadanos cooperen en la edificación de una sociedad pacífica y reconciliada en la cual sea plenamente tutelado el derecho de profesar libremente la propia fe.
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