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Asunción (Lunes, 25-06-2012, Gaudium Press) En una declaración oficial de la Conferencia Episcopal Paraguaya firmada el pasado 21 de junio, los Obispos se pronunciaron sobre la situación actual del país ante la destitución del ahora expresidente Fernando Lugo, que ha desatado en palabras de los prelados «una grave crisis política». En medio de las tensiones producidas por este hecho, los Obispos hicieron una exhortación «a la pacificación y a la salvaguarda de la vida humana como valor supremo».
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«El sistema democrático, regido por la Constitución y por las leyes», recordaron los prelados, «tiene sus mecanismos institucionales para mantener el Estado de Derecho, que todos estamos obligados a respetar». Este respeto al orden institucional fue destacado como una necesidad primordial durante la crisis política.
La Conferencia Episcopal Paraguaya también solicitó que los procesos legales que se iniciaron con el juicio político al Presidente por parte del Congreso se desarrollen «en el marco de la normalidad y del respeto irrestricto a la Constitución y a los Derechos Humanos». Los Obispos pidieron «prudencia política» a todos los responsables y los ciudadanos, y una evaluación serena de «las consecuencias jurídicas, políticas y sociales emergentes del juicio político».
«Hacemos un llamado a los líderes políticos, a las organizaciones sociales, a los gremios y a la ciudadanía a mantener la calma, la serenidad y a evitar todo tipo de enfrentamientos y de violencia que pongan en riesgo la integridad y la vida de las personas», afirmaron.
La declaración también se dirigió a los medios de comunicación y líderes de opinión, a quienes se les solicitó «prudencia y equilibrio, información veraz y responsable, para contribuir así con una adecuada orientación de la opinión pública y a la pacificación de los espíritus».
Los Obispos concluyeron su pronunciamiento afirmando su compromiso de oración por la paz e invitaron a todos los católicos a unirse a «una cadena de oración por la patria para que el Señor, Todopoderoso en el amor y la misericordia, bendiga al Paraguay».
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