Rovereto di Novi (Martes, 26-06-2012, Gaudium Press) Conmoción, gratitud, afecto, oración y aplausos. En una atmósfera llena de emociones, se realizó hoy de mañana una visita muy particular. El Santo Padre fue a las zonas alcanzadas por el terremoto en Rovereto di Novi, cerca de Modena, para llevar su apoyo, el amor y la esperanza en la región de la Emilia Romagna, donde hace más de un mes las personas viven en tiendas y deben recomenzar la vida normal después de un terremoto que les quitó algunos familiares y vecinos y destruyó casas, iglesias, escuelas y edificios de empresas. La tierra en la región todavía tiembla. En el discurso pronunciado de pie, no sentado, el Papa alentó a las personas: «Permanezcan fieles a vuestra vocación de gente fraterna y solidaria y enfrentarán todo con paciencia y determinación, rechazando las tentaciones que infelizmente están ligadas a estos momentos de debilidad y necesidad».
El Pontífice a su llegada – Foto: CTV |
Fue una visita improvisada, no prevista hace meses en la agenda, pero deseada personalmente por el Pontífice para reafirmar su proximidad espiritual a la población afectada en un momento triste y doloroso. Benedicto XVI llegó en helicóptero, que aterrizó en el pasto, y se trasladó en un jeep militar. El lugar para los discursos fue organizado en medio de la calle. Muchos edificios no se derrumbaron, pero señales del terremoto son notadas en todas partes. La visita del Santo Padre, como explicó a la SkyTg24 el jefe de la Protección Civil, Franco Gabrielli, fue corta para «no pesar en la organización» sino para mostrar «la proximidad del Papa en este momento tan delicado en el cual se están definiendo estrategias y se tomarán decisiones importantes para las poblaciones locales».
«¡Ustedes no están y nunca estarán solos!» Benedicto XVI aseguró a las personas su propia oración y ayuda que recibirán de la Iglesia a través de la agencia Cáritas. Para consolar a los presentes de un modo simple y emocionante, el Papa meditó las palabras del Salmo 46: «Dios es para nosotros refugio y fuerza, defensor poderoso en el peligro. Por eso no tenemos miedo si la tierra tiembla, si los montes desmoronan en el fondo del mar» (Sal 46, 2-3) que presentan una actitud de «gran seguridad, basada en la roca estable, inamovible que es Dios». Aquella seguridad de la fe que supera el miedo y la angustia y da «la certeza de que Dios está conmigo». Delante de Dios somos «pequeños, frágiles, pero seguros en sus manos», dijo.
El Papa rinde homenaje a un párroco que perdió la vida
En su breve visita el Papa escogió un lugar simbólico, Rovereto di Novi, en la Diócesis de Carpi. Allí perdió la vida el párroco, Mons. Iván Martini, mientras salvaba la estatua de Nuestra Señora. Para el encuentro fue colocada la estatua y el Papa le llevó flores. Las personas aplaudieron. El Santo Padre agradeció a los sacerdotes por el «amor generoso por el pueblo de Dios».
Un bonito sol, muchas casas no destruidas, pero casi todas con rajaduras, alguien que no haya oído las noticias no imagina el drama que ocurrió hace semanas. Muchas personas esperaron a Benedicto XVI con fajas con un simple «Gracias». Ahora toda la región se debe recuperar, las escuelas y las empresas están cerradas. La primera necesidad son las estructuras en madera para garantizar continuidad en las actividades educativas y pastorales. La Diócesis de Carpi fue la que más sufrió. Solamente poquísimas iglesias quedaron ilesas.
La multitud acogió con entusiasmo la visita del Papa |
El discurso fue concluido con palabras de coraje: «Ustedes son personas que todos los italianos estiman por su humanidad y sociabilidad, por el trabajo unido a la jovialidad. Todo aquello que ahora está siendo colocado a dura prueba por esta situación, pero eso no debe y no puede tocar lo que ustedes son como pueblo, su historia y su cultura. Permanezcan fieles a su vocación de gente fraterna y solidaria, y enfrentarán todo con paciencia y determinación, rechazando las tentaciones que infelizmente están ligadas a estos momentos de debilidad y necesidad». El Papa dirigió un apelo a las instituciones. De modo particular agradeció a los voluntarios por el «testimonio concreto de solidaridad y unidad».
El momento más conmovedor para el Papa fue el encuentro personal con una madre con dos niños en el regazo en el momento del besa mano. Participaron del encuentro más de 2 mil personas, obispos y prefectos de la región.
Este tipo de visita ya había sido realizada por Benedicto XVI. En la primera vez fue encontrar a la población alcanzada por el terremoto en 2009, en Aquila, donde hubo mucha destrucción.
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