Abuja (Miércoles, 27-06-2012, Gaudium Press) Los Obispos de Nigeria emitieron una enérgica declaración reclamando de las autoridades acciones eficaces para detener el terrorismo anticristiano. «Se trata de una tarea primordial del gobierno garantizar la seguridad de la vida y de la propiedad de los ciudadanos en todo el país», exhortaron los prelados. «No hay excusas para no cumplir con este deber primario».
Las iglesias cristianas han sido víctimas de atentados reiterados, generando tensiones insostenibles. |
El texto, difundido por la agencia Zenit, es la respuesta de la Iglesia en Nigeria a una situación de violencia creciente generada por los ataques terroristas del grupo extremista Boko Haram. «»Las personas que han muerto en explosiones de bombas y atentados de represalia son todos hijos inocentes de Dios, hombres, mujeres y niños, cristianos y musulmanes de diferentes tribus, todos nigerianos, todos ellos igualmente creados y amados por Dios», afirmaron los Obispos en este reclamo por la protección de las vidas de los ciudadanos.
El grupo terrorista ha amenazado con continuar y aumentar el número de los atentados que incluyen varios ataques a iglesias cristianas. «Exista o no una estrategia, estas acciones someten a una fuerte presión a las ya frágiles relaciones entre las comunidades cristiana y musulmana en Nigeria», advitieron los Obispos. «Los sentimientos de ira y odio están creciendo día a día y alcanzado un nivel peligroso. Todos debemos actuar de inmediato y con decisión para detener y reducir la tensión».
La Iglesia en Nigeria ha realizado llamados continuos para buscar la paz y la reconciliación, y han pedido a los fieles no intentar tomar la justicia por su propia mano. Sin embargo advirtieron que, aunque también líderes musulmanes reconocidos han condenado los ataques, mientras no exista seguridad, la situación se volverá incontrolable: «hemos notado con satisfacción que muchos líderes musulmanes reconocidos han condenado abiertamente estas acciones violentas y a los criminales. Pero la condena verbal no es suficiente. Necesitamos una acción real y pro-activa para disuadir a los autores de la violencia de que sigan causando estragos en nuestra nación en el nombre de la religión».
Los llamados a evitar la violencia, sin garantías reales para el respeto de la vida de las comunidades, caerán «en oídos sordos, y los que buscan la venganza no serán controlables. El peligro se palpa en el aire», advirtieron los Obispos.
Con información de Zenit.
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