Washington (jueves, 28-06-2012, Gaudium Press) La Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) redactó el pasado 27 de junio un documento de respuesta a una comunicación enviada por el activista John Gehring a diversos medios de comunicación en la cual descalifica la campaña Quincena por la Libertad y ofrece indicaciones para contradecir y atacar a los prelados en entrevistas y notas de prensa. Mediante un «memo» para periodistas, los Obispos aclaran la verdadera naturaleza de la campaña y desmienten los argumentos difamatorios.
Sacerdotes unidos en oración durante la Eucaristía de apertura de la Quincena por la Libertad |
La primera aclaración que hace la USCCB es que la organización Faith in Public Life (Fe en la Vida Pública), a la cual pertenece Gehring y de cuyo correo electrónico se envió la guía difamatoria, es en realidad un grupo promotor del aborto financiado por el millonario ateo George Soros. «No parecen ser calificaciones eminentes para indicarle a los Obispos cómo deben guiar a la Iglesia», aclara la comunicación.
Desmintiendo los prejuicios
El documento de Gehring contrasta lo que llama «ficciones» de los Obispos con los que él califica como «hechos». Siguiendo esta misma estructura, el comunicado de la Conferencia de Obispos cita los argumentos de Gehring y denuncia los errores que contienen.
Materiales promocionales de la Quincena por la Libertad |
Ante la acusación de una supuesta injerencia de la Iglesia en el proceso político electoral, los Obispos recordaron que el detonante de la controversia actual, el mandato sobre la inclusión de productos moralmente objetables en la cobertura obligatoria de salud, fue impuesto según la agenda del propio gobierno y no fue una confrontación buscada ni deseada por parte de los católicos. Además, los prelados recuerdan que han denunciado siete amenazas a la libertad religiosa que obligaron a una campaña de defensa por parte de la Iglesia, de las cuales sólo dos están directamente vinculadas al presente gobierno.
El documento también explica a los periodistas el sentido de algunas frases atribuídas por Gehring al Cardenal Timothy Dolan y otros Obispos, que son alteradas en el texto difamatorio y expuestas en un contexto diferente para crear una imagen de intolerancia y falta de equilibrio por parte de la Iglesia. Los prelados, además, explicaron nuevamente por qué la excepción al mandato antinatalista diseñada por el gobierno es insuficiente, al no cobijar un amplio espectro de instituciones católicas y no proteger los derechos de los empleadores católicos particulares.
Los Obispos responden a preguntas «difíciles»
Después de responder a una serie de acusaciones puntuales, los Obispos ofrecieron su respuesta oficial a las preguntas que Gehring sugirió a los periodistas , sobre aspectos que según el activista la Iglesia no estaría dispuesta a hablar abiertamente. En las respuestas a varios cuestionamientos, la USCCB desmiente una supuesta financiación política de la campaña, y ofrece ejemplos de cómo la administración ha creado obstáculos a la labor apostólica de la Iglesia a través de controvertidas decisiones y fallos judiciales.
Los católicos se han manifestado públicamente en defensa de la libertad religiosa. |
Entre los ejemplos de restricción señalados cita, además de la imposición de adquirir anticonceptivos, esterilización y abortivos como parte de los servicios de salud, el retiro del apoyo estatal a los programas de la Iglesia en ayuda a las víctimas de tráfico de personas debido a la objeción moral de los católicos ante el aborto, así como los intentos por criminalizar el apoyo pastoral y humanitario que la Iglesia presta a los inmigrantes ilegales.
El documento para periodistas concluye con la respuesta a la pregunta que el activista Gehring sugería como la más difícil para los prelados: «¿Estarían dispuestos a sacrificar las insitituciones de caridad, colegios y hospitales católicos si no salen con la suya con respecto al mandato contraceptivo?» La afirmación de los Obispos es contundente: «Seguiremos luchando hasta prevalecer. Y si, mientras tanto, cualquiera de las instituciones de la Iglesia fuera «sacrificada», lo sería como resultado de una acción del Gobierno que hiciera imposible a esas instituciones de la Iglesia continuar operando de forma consistente con sus creencias religiosas».
Gaudium Press / Miguel Farías
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