Harbin (Jueves, 05-07-2012, Gaudium Press) En la víspera de la ordenación ilegítima de un obispo en Harbin, provincia de Heilongjiang, en China, el Administrador Apostólico del lugar, padre Giusseppe Zhao Hongchun, fue «invitado» por los oficiales de asuntos religiosas a una cena, tras la cual se desconoce su ubicación. Las tensiones entre la Iglesia y las autoridades se incrementaron por la designación de un prelado sin autorización de la Santa Sede, lo que motivó un fuerte comunicado de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos (ver nota anterior).
A la izquierda, el P. Zhao Hongchun, Administrador Apostólico de Harbin. |
El padre Zhao, que no pertenece a la Asociación Patriótica oficialista que pretende controlar a la Iglesia Católica, llamó a uno de los sacerdotes de su parroquia para informarle de su ausencia durante los próximos días, debido a que los oficiales necesitaban hablar con él y «la charla podría tomar varios días», según informaron fuentes locales a Asia News. Esta modalidad de detención es ya usual para los sacerdotes católicos fieles a la Santa Sede.
El nombramiento del presbítero como Administrador Apostólico por parte de la Santa Sede tuvo lugar en diciembre de 2011, tras la cual el P. Zhao ha trabajado por la unidad y la reconciliación en la Iglesia local. Cuando los rumores de una posible ordenación ilegítima comenzaron a circular en mayo, el sacerdote solicitó a los católicos que oraran para que el P. Yue Fusheng no cediera a la presión y esperara el mandato de la Santa Sede.
El padre Zhao también sostuvo una conversación en persona con el propio candidato, en la cual le solicitó que se comunicara con el Vaticano para tratar el asunto de la ordenación episcopal, según narraron fuentes locales. La detención del Administrador Apostólico intenta prevenir cualquier acción del sacerdote que pudiera evitar el nombramiento del obispo ilegítimo.
Esta acción se une a una respuesta de la Oficina de Asuntos Religiosos a la nota urgente del Vaticano con respecto a la ordenación, que calificó el mensaje pontificio como «bárbaro e irracional», «chocante» y «lleno de amenazas» . La declaración oficial, de escasa prudencia diplomática, rechazó la nota vaticana y afirmó que la «interferencia y alegaciones» de la Santa Sede «restringen la libertad» y afectan «el saludable desarrollo de la Iglesia Católica en China, y no brindan beneficio alguno a la Iglesia universal».
Analistas de medios especializados calificaron como paradójica y contradictoria esta mención de la libertad religiosa por parte de la oficina que pretende controlar políticamente la vida interna de la Iglesia Católica en China con métodos como la detención del padre Giusseppe Zhao Hongchun.
Con información de Asia News
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