Bogotá (Lunes, 09-07-2012, Gaudium Press) Los retos pastorales que plantea el acelerado desarrollo minero en Colombia, y una revisión de las Normas Complementarias en aquellas materias que el Código de Derecho Canónico deja a determinación de la Conferencia Episcopal, son los temas principales de la 93º Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal de Colombia que inició el día de hoy y concluirá el próximo viernes 13 de julio.
Mons. Salazar advirtio contra una explotación irracional de los recursos energéticos |
En la alocución inicial del encuentro, Mons. Rubén Salazar Gómez arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal, aseguró que la Iglesia «reconoce la importancia de las industrias extractivas y la necesidad de asegurar el abastecimiento de energía para nuestro país en el futuro».
«Estamos convencidos de que, si actúan con responsabilidad social, ambiental y de cara a las comunidades donde ejercen sus labores, las industrias mineras y las generadoras de energía se convierten en verdadero factor de desarrollo humano», expresó el prelado, quien advirtió entretanto que el solo «lucro económico como único objetivo», representa «una explotación irracional que va dejando una estela de dilapidación e incluso de muerte».
En su intervención hoy ante la Asamblea plenaria del episcopado, el ministro de Minas y energía de Colombia, Mauricio Cárdenas Santamaría, se refirió a la minería como un «un sector en crecimiento…esperamos que ese crecimiento se traduzca en bienestar y mejor nivel de vida para la población». El funcionario habló de casos en que el crecimiento minero ha sido ocasión para el verdadero desarrollo del país, como lo fue en Chile, Noruega y Botswana. Entretanto, reconoció que «por cada caso exitoso hay diez casos de fracaso», por lo que las instancias estatales respectivas deben estar atentas al mejor empleo de los recursos generados, y se debe ahorrar de los beneficios que llegan al Estado, para tener dinero empleable en épocas de ‘vacas flacas’.
Temas de derecho canónico
Sobre los temas de derecho canónico que serán tratados, Mons. Libardo Ramírez Gómez, -obispo emérito de Garzón y Presidente del Tribunal Eclesiástico Nacional- señaló a Gaudium Press que las normas canónicas complementarias actuales para la Conferencia Episcopal fueron determinadas en el año de 1986, tres años después de la entrada en vigencia del actual Código de Derecho Canónico. Han pasado alrededor de 26 años desde entonces y requieren una revisión.
Mons. Ramírez como presidente del tribunal eclesiástico, presentará a la Asamblea episcopal un proyecto de ajustes de esa normatividad, que incluirá el análisis de 40 temas específicos, asunto que será abordado los próximos días miércoles y jueves junto a la plenaria.
Entre esos temas están los relativos a la preparación para el matrimonio, y algunas formalidades propias de ese sacramento. El prelado aconsejó que las personas que hayan tenido algún problema en su matrimonio católico tienen la oportunidad y el deber de recurrir a los diversos tribunales eclesiásticos del país, donde se les brindará la asesoría necesaria para contribuir a que su vida sea enteramente acorde con la fe que profesan. Mons. Ramírez afirmó que los gastos en que se incurren en procesos de nulidad matrimonial son mucho menores de lo que el común piensa, y que un estudio profundo de cada caso puede arribar a conclusiones que favorezcan poderosamente la realización de una vida reglada por la moral cristiana.
Al respecto de la revisión de normas canónicas que se hará en esta versión de la Asamblea, también se refirió el presidente de la Conferencia Episcopal colombiana, quien afirmó que lo que se busca es contar con una «unidad de criterios para ejercer la labor pastoral».
En rueda de prensa Mons. Rubén Salazar hizo también alusión a la situación socio-política del país. Afirmó que la sociedad colombiana sufre una profunda crisis en su institucionalidad, en la que pareciera que los diversos organismos del Estado no buscan el bien de la nación sino solo los caminos de las prebendas propias, de los privilegios y de los intereses privados en detrimento del bien común. En ese sentido hizo un llamado para que los diversos estamentos de las tres ramas del poder coloque el interés de la nación como horizonte primero de todo su accionar.
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