Papa envía mensaje por ocasión del 450º aniversario de fundación del monasterio de San José, en Ávila

Ciudad del Vaticano (Martes, 17-07-2012, Gaudium Press) El Papa Benedicto XVI envió ayer 16, un mensaje al obispo de Ávila, España, Mons. Jesús García Burillo, por ocasión del 450º aniversario de fundación del monasterio de San José, en Ávila y de la reforma del Carmelo realizada por Santa Teresa de Jesús.

En su mensaje, inicialmente, el Papa destacó que la reforma del Carmelo nació de la oración y tiende a la oración. «Al promover un retorno radical a la Regla primitiva, alejándose de la Regla mitigada, Santa Teresa de Jesús quiso propiciar una forma de vida que favorecería el encuentro personal con el Señor, para el cual es necesario ‘ponerse en soledad y mirarlo dentro de sí, y no extrañarse de tan buen huésped’ «, dijo.

Santa Teresa propuso un nuevo estilo de ser carmelita en un mundo nuevo, dijo el Papa

Conforme el Pontífice, Santa Teresa propuso un nuevo estilo de ser carmelita en un mundo también nuevo. «Aquellos fueron ‘tiempos fuertes’ «. Y en ellos, al decir de la Santa «se está ardiendo el mundo, quieren volver a sentenciar a Cristo, quieren poner su Iglesia en el suelo. No, hermanas mías, no es tiempo de tratar con Dios asuntos de poca importancia’ «, destacó. Dicho esto, el Santo Padre indagó: «¿No nos resulta familiar, en la coyuntura que vivimos, una reflexión tan luminosa e interpelante, hecha hace más de cuatro siglos por la Santa Mística?».

Dando seguimiento a su mensaje, Benedicto XVI explicó que el fin último de la Reforma promovido por Santa Teresa y de la creación de nuevos monasterios «era, en un mundo escaso de valores espirituales, abrigar con la oración la tarea apostólica; proponer un modo de vida evangélica que fuese modelo para quien buscaba un camino de perfección, con la convicción de que toda reforma personal y eclesial auténtica, pasa a reproducir cada vez mejor en nosotros la ‘forma’ de Cristo».

Para el Santo Padre, la misión que se propuso Santa Teresa de Ávila es de gran ayuda para los católicos que viven en el mundo actual. «Podemos afirmar que, en su época, la Santa evangelizó sin debilidades, con ardor nunca apagado, con métodos alejados de la inercia, con expresiones aureoladas de luz. Esto conserva todo su frescor en la encrucijada actual, que siente la urgencia de que los bautizados renueven su corazón a través de la oración personal, siguiendo el dictado de la Mística avilense, en la contemplación de la Sacratísima Humanidad de Cristo como único camino para alcanzar la gloria de Dios», afirmó.

Concluyendo su mensaje, el Pontífice expresó que la fuerza de Cristo, de la misma forma que auxilió a Santa Teresa, conducirá a redoblar las iniciativas «para que el pueblo de Dios recobre su vigor de la única forma posible: dando espacio en nuestro interior a los sentimientos del Señor Jesús, buscando en toda circunstancia una vivencia radical de su Evangelio».

Con informaciones del servicio de prensa del Vaticano.