Hong Kong (Martes, 17-07-2012, Gaudium Press) Los católicos de Hong Kong se manifestaron el pasado 16 de julio en apoyo al Obispo Auxiliar de Shanghai, Mons Thaddeus Ma Daqin, quien se encuentra detenido en un Seminario tras renunciar a sus cargos oficialistas para ejercer su ministerio en total fidelidad a la Santa Sede.
Cientos de católicos se reunieron para rezar el Santo Rosario frente a las dependencias gubernamentales y exigir el respeto a la libertad religiosa. |
Unas mil personas se congregaron para la celebración de una Eucaristía por la libertad religiosa en el templo de Santa Margarita y cerca de 300 se desplazaron a la Oficina de Coordinación, frente a la cual rezaron un Rosario y pidieron el respeto del ejercicio libre del apostolado de la Iglesia.
Patrick Poon, uno de los convocantes y miembro de la Comisión Diocesana Justicia y Paz, afirmó en declaraciones difundidas por UCA News, que la presencia de los fieles frente al edificio gubernamental muestra el aumento de la preocupación que los católicos sienten por la Iglesia en China. «El Obispo Ma se ha convertido en el ejemplo vivo de cómo la Iglesia es controlada por la Asociación Patriótica», afirmó el organizador. «Ahora más personas entienden de dónde viene el problema».
La valiente declaración pública del Obispo Ma Daqin, quien al final de la ceremonia de ordenación episcopal renunció a los puestos que desempeñaba en la oficialista Asociación Patriótica, contribuyó a dar claridad a la confusa situación de la Iglesia en China. Los católicos padecen la división entre quienes están bajo las reglas de la Asociación, que pretende controlar los nombramientos y el actuar de la Iglesia como condición para su trabajo «libre», y el clero clandestino, por completo obediente a la Santa Sede, que sufre restricciones graves para vivir su fe. Las autoridades se esfuerzan en hacer menos evidentes las diferencias entre las dos comunidades.
El Padre Franco Mella, italiano, explicó las consecuencias que el gesto del Obispo tiene en la Iglesia local. «El Obispo Ma es probablemente el primero en decir abiertamente que desea más libertad y esto definitivamente influirá sobre los cristianos en China para que expresen sus deseos con valentía». Los presentes en la Eucaristía, concelebrada por el Cardenal Joseph Zen Ze-kiun, Obispo emérito de Hong Kong y unos 20 sacerdotes, también oraron por la Iglesia de la ciudad de Harbin, donde un sacerdote fue ilícitamente ordenado obispo.
«Algunos hermanos en China se han resignado a ser esclavos, mientras otros se han corrompido al no rechazar las tentaciones», explicó en la homilía el Cardenal Zen. «Muchas personas se pregúntan por qué el gobierno ateo interviene en asuntos de la Iglesia». El prelado pidió a los fieles acudir a Dios para implorar el fin de esta situación irregular y dolorosa. «Oremos por aquellos que cayeron para que se levanten, por los que dudan para que se hagan fuertes y por los fuertes para que perseveren hasta el final», exhortó.
Con información de UCA News
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