Bangui (Jueves, 19-07-2012, Gaudium Press) El Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, Cardenal Fernando Filoni, en su visita al Seminario Saint Marc en Bangui, en República Centroafricana, hizo varias recomendaciones sobre la formación de las vocaciones al sacerdocio. Un llamado a la vida de piedad y sacramental, la conciencia del espíritu misionero de la Iglesia y la entrega total a Dios fueron el centro de su mensaje. Con estas herramientas, el Cardenal invitó a formar sacerdotes «dignos e idóneos, verdaderos discípulos de Cristo y auténticos servidores de la Iglesia»
Cardenal Fernando Filoni, Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos. |
El Cardenal Filoni, a cargo de la Congregación dedicada a las misiones y la evangelización, recordó la vocación misionera de la Iglesia, que debe ser interiorizada por los futuros sacerdotes: «Se debe ayudar a los seminaristas a ser conscientes de que la Iglesia es misionera por su naturaleza, y que convertirse en sacerdote significa ser mandado en misión, que consiste principalmente en dar testimonio de su fe y de su caridad”.
Este testimonio está marcado en los valores humanos de la honestidad, la responsabilidad, el amor por la verdad y la justicia, pero sobre todo en la dimensión eclesial de su vocación específica. El prefecto recomentó formar en el amor por la Iglesia, la unión obediente y filial al Santo Padre, la adhesión filial al Obispo y una relación de hermandad con los demás.
La condición necesaria para vivir esta vocación es «una vida espiritual sólida y satifactoria» que los formadores deben fomentar especialmente, según recomendó el Cardenal Filoni: «Los seminaristas necesariamente requieren unos medios de tipo ascético, sacramental y litúrgico». Entre ellos, el prelado destacó la Eucaristía, «que debe ser el centro de la vida del seminario», la Liturgia de las Horas, la devoción a la Santísima Virgen, el rezo del Santo Rosario y la frecuencia de los sacramentos especialmente la Penitencia.
De esta forma, los candidatos al sacerdocio adquieren una conciencia clara sobre su compromiso: «Enseñadles que el sacerdocio requiere una entrega total de sí: cuerpo, corazón, voluntad y toda capacidad de amar a Dios», exhortó el Cardenal. También recomendó no ocultar las dificultades que los seminaristas encontrarán para perseverar en su vocación, sino educar para vivirla con un gran espíritu de sacrificio y asumir las obligaciones «con plena conciencia y con gran responsabilidad».
El prefecto recordó además el importante papel de los educadores, vitales para continuar la misión evangelizadora de la Iglesia. «Es necesario que el formador no sólo sea capaz de transmitir la doctrina, sino también el ejemplo de vida, para ser modelos y ejemplos para los jóvenes», concluyó.
Con información de Agencia Fides
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