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Lima (Miércoles, 25-07-2012, Gaudium Press) Un comunicado firmado el pasado 24 de julio por el Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP), Arzobispo Salvador Piñeiro, aclara las consecuencias que tiene para la «hasta ahora denominada Pontificia Universidad Católica del Perú» la sanción impuesta por la Santa Sede y manifestada en una carta del Cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de Estado Vaticano. El prelado afirmó que con esta decisión «se evitará continuar perjudicando los derechos de la Iglesia al servicio de la educación católica» y se respetará también el derecho de los alumnos a recibir una educación coherente con esta identidad.
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| Fachada de la PCUP, que perdió el derecho de uso de los dos títulos esenciales de su identidad. |
Mons. Piñeiro manifestó su plena adhesión a la prohibición de usar los títulos de «Pontificia» y «Católica» a la institución educativa, pero aclaró que la misma «continúa siendo una persona jurídica pública de la Iglesia Católica, razón por la cual debe respetar los legítimos derechos que a ésta le corresponden y someterse a la legislación canónica aplicable».
El Presidente de la CEP recordó que las autoridades universitarias, al administrar una entidad eclesiástica, tienen el deber de acatar las disposiciones del Santo Padre. Particularmente recordó la obligación de «adecuar los estatutos a la universidad a la Constitución Apostólica Ex Corde Ecclesiae y garantizar, ante la Santa Sede, la identidad y orientación católica que le corresponde en virtud de su misión de participar en la función de enseñar de la Iglesia»
El prelado recordó que los derechos que la Iglesia tiene sobre la institución educativa están amparados por las leyes peruanas y el acuerdo internacional entre la Santa Sede y Perú. Con la implementación de los lineamientos pontificios «se respetará también el derecho de los alumnos a acudir a una universidad que fue creada y dotada de un patrimonio para brindarles educación universitaria católica», declaró el Arzobispo.
«Invoco a las autoridades y a la comunidad universitaria de dicha universidad a obedecer las decisiones de la Santa Sede y a respetar aquello que la Suprema Autoridad de la Iglesia ha decidido respecto a una institución que le pertenece. De esta manera se lograra su plena identificación con la Sede de Pedro y la universidad retomará la senda que dio origen a su creación en el seno de la Iglesia», concluyó Mons. Piñeiro.
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