Ciudad del Vaticano (Viernes, 27-07-2012, Gaudium Press) «Un Don Bosco revivido», lo había definido en 1975 el entonces provincial de los jesuitas Mons. Jorge Mario Bergoglio, hoy primado de la Argentina.
P. Cayetano Bruno |
Por ocasión del centenario de nacimiento de padre Cayetano Bruno, el Instituto Nacional Sanmartiniano presta homenaje al jurista, historiador y sacerdote salesiano, autor de la monumental Historia de la Iglesia en la Argentina en doce volúmenes dedicados a temas históricos jurídicos ligados a la evangelización del continente americano. El «L’Osservatore Romano» presentó hoy un breve artículo sobre el salesiano.
La figura del sacerdote -el padre Cayetano murió el día 13 de julio de 2003, diez días antes de su aniversario de 90 años- fue recordada durante un congreso que ocurrió el miércoles, día 25 de julio en el cual participaron, entre otros, José Picciuolo, Carlos Guzmán, el presidente del Instituto Nacional Sanmartiniano, Alejandro Soria y el presidente de la Junta de Historia Eclesiástica Argentina, Mons. Ernesto Salvia.
Hijo de inmigrantes italianos – Gaetano y Epifanía Bruno – Cayetano entra en 1924 al seminario salesiano de Vignaud. El día 29 de noviembre de 1936 es ordenado sacerdote en la iglesia de María Auxiliadora, en Córdoba. Estudia derecho canónico en la Pontificia Universidad Lateranense de Roma; por más de diez años enseña Derecho y Liturgia en el Instituto Teológico Internacional Villada, después se transfiere para Turín, donde enseña derecho canónico en la Pontificia Universidad Salesiana (que después será transferida a Roma). Por más de medio siglo, hasta su primer número publicado en 1946, colabora con la revista «Didascalia».
En 1975 se torna miembro de la Academia Nacional de Historia, y tres años más tarde recibe el premio Consagración National por la amplia difusión de su obra. En su larga vida el padre Cayetano investigó en bibliotecas y colecciones documentales – del Archivo Secreto Vaticano al Archivo Histórico Nacional de Madrid – para hacer reemerger del pasado el profundo sentido religioso de su pueblo, como afirmó en varias ocasiones el Cardenal Bergoglio: «Su tenacidad en la búsqueda y en la fidelidad a su unción sacerdotal lo tornaron capaz de transformar documentos olvidados en el testimonio del «corazón de su gente».
De «L’Osservatore Romano».
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