Santiago (Miércoles, 01-08-2012, Gaudium Press) La tarde del viernes 27 de julio, el Arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati, se reunió a cenar con el grupo de formadores que integran la Escuela Nacional de Líderes Católicos, institución que hace algunas semanas atrás culminó con éxito el programa de cursos correspondiente al primer semestre con más de cien jóvenes graduados.
A la cita acudieron el Vicario para la Educación, padre Tomás Scherz y el Vicario de la Zona Oeste, padre Galo Fernández; las diputadas María Angélica Cristi y Mónica Zalaquet; el Alcalde de Peñalolén Claudio Orrego y los políticos del mismo partido Gutemberg Martínez y Sergio Mico; además de académicos de la Pontificia Universidad Católica, la Universidad Finis Terrae, entre otras entidades educativas.
En el centro Mons. Ezzati |
Junto con destacar la labor realizada, monseñor Ezzati manifestó a los presentes que «la política debe desarrollar una mejor tarea, en cuanto la economía se ha tomado el puesto de la política y con ello se ha perdido la centralidad en la persona humana en la vida del país. Y con ello se termina el aporte de la verdad y que busca la dignidad de todas las personas».
Y agregó: «El Papa Juan Pablo II, diría que uno de los objetivos fundamentales es que todas las personas puedan alcanzar la estatura más alta que es la de nuestro Señor Jesucristo. Y una ruta para ello es lo que puedan aportar a la sociedad ustedes, para que todas las personas puedan alcanzar la estatura alta de Jesús. Y es una meta alta, bonita y desafiante».
En este mismo sentido el prelado subrayó que si analizamos los temas que nos desafían hoy en día, como son la pobreza, la exclusión, la educación, por mencionar algunos, hay un desafío enorme para quienes se han encontrado con Jesús y lo siguen. «El espíritu nos llama a ser fieles, a llevar nuestro testimonio de fe en vasija de greda, por que lo que Dios quiere es que resplandezca», dijo.
Finalmente culminó su mensaje señalando que «en tiempos difíciles es necesario aún más ser testigos del Señor y ser personas que demuestren en quien han puesto su esperanza. La Iglesia le pertenece a todos, no sólo a los obispos y sacerdotes, sino que a todos los que compartimos esta vocación. El ser católico no es un adjetivo sino que una esencia, que nos lleva a desarrollar nuestra misión».
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