Valencia (Viernes, 03-08-2012, Gaudium Press) En un mensaje escrito para la apertura de los cursos de verano de la Universidad Católica de Valencia, su Gran Canciller, el Arzobispo de Valencia, Mons. Carlos Osoro, describió algunas de las características que deben identificar la labor de una institución educativa de esta naturaleza. Una universidad católica «es mucho más que un centro de enseñanza», afirmó el prelado.
«Las universidades católicas y los profesores universitarios sirven a la evangelización de la cultura», expresó el Rector del Seminario Mayor de Valencia, durante el acto académico. |
La misión de las universidades tiene una importancia innegable en la vida de la sociedad, y ofrece grandes oportunidades para aportar en los desafíos presentes en la sociedad. Según Mons. Osoro, «el momento histórico que estamos viviendo es una oportunidad para trabajar juntos en un mundo que tiene necesidad de respuestas, que tiene necesidad de aprender a vivir».
En esta búsqueda de la verdad, se destaca el equilibrio con el cual la Iglesia propone la luz de la fe a los procesos de la razón. «En una Universidad Católica», afirmó el Arzobispo, «el lugar que ocupa la fe cristiana y la visión antropológica, al integrar la dimensión trascendente de la vida, no destruye la libertad de nadie ni se impone, sino que abre a todos el espacio para construir la vida haciendo una oferta de sentido y horizonte a los grandes interrogantes de la vida».
El prelado hizo un llamado a trascender la acción de la universidad más allá de la simple formación técnica para desarrollar habilidades o conocimientos, y a fomentar en los estudiantes la búsqueda del auténtico sentido de la vida. «Una universidad tiene que tener como fundamento la construcción de una interpretación válida de la existencia humana», afirmó Mons. Osoro.
En el mismo sentido se expresó el Padre Juan José Valero, Rector del Seminario Mayor de Valencia, presente en el acto académico. «Las universidades católicas y los profesores universitarios sirven a la evangelización de la cultura», comentó. En la fidelidad a la fe y la verdad, la institución educativa puede ser canal de los valores cristianos, y convertirse en «anuncio de la cultura y del mundo que Dios quiere para la humanidad, que es la cultura y la civilización del amor, la civilización del Evangelio».
La búsqueda honesta de la verdad a través de la fe y la ciencia, misión propia de la de la universidad católica, debe «ayudar a los hombres y mujeres a ser personas que no se conformen con medias verdades, sino que sean buscadores de la verdad más profunda», exhortó el P. Valero, «que no se conformen con cualquier forma de libertad, sino que se apasionen por la libertad más trascendente y que no se limiten a consumir vida, sino que aspiren a la plenitud de la vida».
Con información de AVAN.
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