Washington (Jueves, 09-08-2012, Gaudium Press) En una carta enviada al Congreso de Estados Unidos el pasado 03 de agosto, el Cardenal Daniel DiNardo pidió una respuesta urgente de los legisladores a la entrada en vigor del mandato antinatalista del Departamento de Salud y Servicios Humano (HHS). El prelado, quien es Secretario del Comité de Actividades Provida de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), recordó que la norma violenta la libertad religiosa de los empleadores católicos quienes están obligados a incluir productos inmorales dentro de la cobertura de salud de sus empleados.
Cardenal Daniel DiNardo. |
El mandato del HHS, recordó el Cardenal, «impediría a los americanos proveer o comprar cobertura de salud a menos de que ésta contenga esterilizaciones quirúrgicas femeninas, todas las drogas y dispositivos aprobados para prevenir el embarazo – incluyendo aquellos que pueden destruir una vida humana en sus etapas más tempranas – y «consejería y educación» para promover estos productos a todas las mujeres y niñas en edad reproductiva».
Todos estos productos y servicios son incompatibles con la moral católica, y la obligación de adquirirlos afecta a millones de ciudadanos e instituciones, lo que constituye para el Cardenal DiNardo una norma «desviada y sin precedentes». El prelado reiteró que, si bien los Obispos de Estados Unidos defienden la importancia del acceso universal a servicios de salud que afirmen la vida especialmente para los pobres y los vulnerables, «no vemos que esta política sea un paso en esa dirección».
«A pesar de la oposición generalizada a esta política coercitiva por parte de organizaciones religiosas, legisladores y el público general, el Congreso no ha tomado ninguna acción para contrarrestarla», denunció el Cardenal. Debido a la importancia de la libertad amenazada, la norma merecía una respuesta oportuna del ente legislativo, para corregir una interpretación de la libertad religiosa errada: «es la más reticente y arbitraria que se haya visto en la ley federal», afirmó el prelado.
Pese a la gravedad de la violación a la libertad religiosa y de conciencia, además de la oposición generalizada a la medida, el Congreso de Estados Unidos aún no reacciona ante la implementación del mandato antinatalista. |
La carta expuso cómo el mandato de la HHS vulnera la identidad de las instituciones católicas, de las cuales apenas una parte consiguió clasificar en el aplazamiento de un año, que no ofrece tampoco un cambio sustancial en el problema. También destacó que los empleadores seglares y propietarios de negocios también tienen derecho a objetar la norma, y que ellos han ofrecido a sus empleados una cobertura de salud de acuerdo a los principios de su fe, sin que ello haya motivado protesta alguna de sus empleados. Imponer castigos por obedecer su conciencia significaría castigar el «compromiso religioso por el bienestar de sus empleados, el servicio a la comunidad y la responsabilidad social».
El esfuerzo por ignorar o castigar el testimonio de los principios éticos y morales en las organizaciones es gravemente contraproducente, en opinión del Cardenal DiNardo: «En un tiempo de gran preocupación sobre los escándalos en los negocios y la banca, ¿alguien piensa que premiar a los negocios obsesionados únicamente con las ganancias de la compañía es una política gubernamental sensata?», cuestionó.
Finalmente, el prelado recordó la gran cantidad de demandas interpuestas en contra del mandato, pero advirtió que los procesos jurídicos tomarán mucho tiempo antes de poder restablecer los derechos de los ciudadanos. «Por este motivo, los Obispos Católicos de Estados Unidos y muchas otras personas esperan fervientemente que el Congreso se ocupe de este asunto urgente y fundamental antes de que antes de que termine el año».
Con información de USCCB.
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