San Cristóbal (Viernes, 10-08-2012, Gaudium Press) El Santuario del Santo Cristo de La Grita en el estado de Táchira, también llamado «de los Milagros», acogió el pasado 06 de agosto una de las más grandes manifestaciones de fe del pueblo venezolano. Más de 70 mil personas de todas partes de Venezuela veneraron la sagrada imagen y la acompañaron en procesión hasta la Basílica del Espíritu Santo, donde permanecerá mientras avanza la construcción del nuevo templo.
La multitudinaria peregrinación debe invitar a la conversión y la fe, explicó Mons. Mario Moronta, Obispo de San Cristóbal. |
«Ante este ícono del Santo Cristo venimos para renovar y fortalecer nuestra fe, esperanza y caridad», expresó durante la solemne Eucaristía el Obispo de San Cristóbal, Mons. Mario Moronta. «Hoy nuevamente resuenan ante nuestros oídos aquellas palabras pronunciadas por Jesús al inicio de su ministerio terreno. Palabras que, gracias a la caja de resonancia de estas montañas andinas hacen llegar su eco a toda Venezuela y el mundo: Conviértanse y crean en el Evangelio». El prelado explicó que ésta es la esencia de la peregrinación: cambiar la vida y alimentar la fe. «Si venimos como peregrinos de fe ante Él, no podemos hacerle el vacío a esas palabras».
Mons. Moronta también reflexionó sobre el significado del Santuario, que ahora se construye y donde se congregarán las multitudes de devotos: «Un espacio sagrado desde donde se santifica la región, la nación y el mundo, pues allí se reúnen los creyentes para retroalimentar su fe y su compromiso de encontrarse con Jesús». Este lugar, donde la presencia de Dios es especialmente sensible, «es como una fuente de santificación para los creyentes y sus comunidades, para los hombres y mujeres de buena voluntad y la sociedad. El santuario nos va a recordar que el Señor puso su morada en medio de la humanidad para salvarla y, por tanto, para hacerla santa».
El Obispo recordó la deuda de santidad que aún tiene la nación venezolana y motivó a los católicos a irradiar la luz de Cristo sobre «las sombras de una descomposición moral que le está quitando el sentido de su dignidad a innumerables jóvenes», a las que agregó las de la violencia y el narcotráfico, el aborto y la inmoralidad. Mons. Moronta también pidió superar el individualismo, el afán de consumo y la vida materialista, al tiempo que fomentar la vida de fe, la laboriosidad y la recta intención de construir una patria mejor.
Con información de AICA.
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