Roma (Viernes, 10-08-2012, Gaudium Press) Después de la declaración oficial de siete Obispos de Nueva Zelanda que determinaron para sus diócesis que el Misal no puede ser reemplazado por tabletas, ipad, teléfonos u otros dispositivos (ver nota anterior), varios Obispos y sacerdotes expertos en liturgia y comunicaciones han profundizado en las razones que impulsaron la decisión y los criterios que la Iglesia considera a la hora de evaluar el uso de los elementos tecnológicos en la liturgia.
Los libros usados en la liturgia tienen un carácter sagrado y exclusivo, además de una relación material permanente entre el texto y el objeto. |
Si bien la Iglesia, y los Obispos neozelandeses, reconocen las ventajas de las nuevas tecnologías en el estudio, la difusión de los contenidos para evangelización y el apoyo a la pastoral, se pide una especial prudencia antes de incoporar elementos ajenos a la liturgia. Uno de los criterios señalados en la declaración de Nueva Zelanda es el uso exclusivamente litúrgico de los elementos sagrados.
«No parece del todo digno de Cristo que un sacerdote termine de celebrar la Misa con una tableta para luego pasar inmediatamente a revisar su correo o leer el periódico con el mismo instrumento», señaló el P. Edward McNamara, profesor ordinario de teología sacramental y liturgia en el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum. «El misal no es sólo un libro-instrumento sino un símbolo litúrgico que recibe una bendición especial que lo reserva para el uso del altar», explicó en entrevista al portal Evangelidigitalización.
Un sentir similar fue expresado por el P. Antonio Spadaro, miembro del Pontificio Consejo de las Comunicaciones, quien destaca otros aspectos profundos del significado del Misal: «La liturgia piensa la página sagrada como un icono. La página del Evangelio, incluso si no está ricamente miniada como en alguna ocasión, queda como parte integrante de la acción ritual de la comunidad cristiana». En los dispositivos electrónicos, no hay una presencia material del mensaje, que simplemente aparece de forma efímera sobre una pantalla.
«No es imaginable, para entendernos, que se lleve en procesión un iPad o una computadora portátil o que en una liturgia un monitor sea solemnemente incenciado o besado», explicó el P. Spadaro en su artículo en la revista Jesús. Para el uso sagrado es importante la relación entre el texto y la página, de forma que el mensaje se convierte en objeto, como lo fueron las tablas de la ley para el pueblo judío. «La liturgia, entonces, es un baluarte de resistencia», afirmó el sacerdote, con respecto a un proceso que «desencarna» el texto y lo deja desprovisto del «cuerpo» necesario para ser usado el culto sagrado.
Nuevas ayudas pastorales y de evangelización se han adaptado a las tecnologías actuales. |
«El Ipad (y otras tecnologías similares) no es apropiado para la santidad del altar», expresó el Obispo de Legazpi, Filipinas, Mons. Joel Baylon, cuando un grupo de jóvenes le preguntó sobre el uso litúrgico de esta tecnología. «Puede ser secular y mundano, haciéndolo inadecuado para reemplazar el Misal u otros libros que se reservan para la liturgia, libros que son hechos sólo para el altar».
Incluso los sacerdotes favorables a la introducción de estas tecnologías han expresado preocupaciones sobre los nuevos problemas que generan, entre ellos el hecho de que dichos objetos ostentan marcas comerciales y su uso público en la liturgia introduciría una especie de «patrocinio» comercial que es claramente inadecuado en el culto divino.
Sin embargo, la Iglesia continúa fomentando el uso de las nuevas tecnologías en otros campos de la vida pastoral así como hace un uso cada vez más extensivo de los mismos en la nueva evangelización. «Creo que estas iniciativas son muy positivas para la formación cristiana y para la evangelización», declaró el P. McNamara. «A fin de cuentas son un desarrollo de elementos que ya existían como folletos y pequeños tratados, con la ventaja que con relativamente poco costo se puede distribuir material de alta calidad a muchas personas».
El Obispo Baylon, citado anteriormente, participó en el primer Encuentro de Medios Sociales Católicos de Filipinas, donde aconsejó a los Obispos y sacerdotes tener presencia en internet y difundir a través de los nuevos medios de comunicación los textos de sus homilías y mensajes. El prelado también encomendó a los jóvenes la tarea de la evangelización a través de las redes sociales.
Con información de CBCPNews, Evangelidigitalización y Actualidad y Análisis.
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