Roma (Viernes, 10-08-2012, Gaudium Press) La Basílica de San Bartolomé en la Isla en el barrio romano de Trastevere, fue dedicada por el Papa Juan Pablo II como templo para el culto de los mártires de los siglos XX y XXI. Allí son conservadas las reliquias y las memorias de todos aquellos que entregaron su vida por la fe en Cristo. En otoño llegará una reliquia particular, la roca que fue colocada en el cuerpo de Padre Jerzy Popieluszko para hacerlo morir en el río en 1984. El sacerdote polaco, mártir del régimen comunista fue proclamado beato en Varsovia el 6 de junio de 2010 por el Cardenal Angelo Amato.
Representación del P. Popieluszko |
En 1999, Juan Pablo II decidió, en preparación al Gran Jubileo del 2000, instituir la comisión «Nuevos Mártires» con el objetivo de investigar sobre los mártires cristianos del siglo XX. La sede de la Comisión fue la Basílica de San Bartolomé en la Isla tiberina. Fueron recogidos cerca de 12 mil expedientes de mártires y testigos de la fe. Después del Año Santo la Basílica se volvió lugar de culto de los mártires del siglo XX. En el altar se encuentra un ícono de los mártires de nuestra época. Cada altar está dedicado a los mártires de los varios continentes; el de los de las Américas se encuentra en la segunda capilla de la nave derecha.
Entre las memorias guardadas en la Basílica se encuentran la Biblia que perteneció a Shahbaz Bhatti, ministro pakistaní, muerto el 2 de marzo de 2011 en Islamabad por su empeño por el diálogo y la paz en su país y la mitra del obispo italiano Luigi Padovese, OFMCap, muerto en Turquía en 2010.
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