Santiago (Lunes, 13-08-2012, Gaudium Press) El viernes 10 de agosto, día en que la Iglesia conmemora el martirio de San Lorenzo, la Catedral Metropolitana abrió sus puertas para recibir a los diáconos permanentes del Arzobispado de Santiago, quienes acompañados de sus esposas y familias renovaron su misión y discipulado ante Dios. La celebración contó también con la presencia de los estudiantes de la Escuela de Diaconado Permanente.
La Santa Misa fue presidida por el Arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati, y concelebrada por monseñor Fernando Ramos, Vicario para el Clero; monseñor Héctor Gallardo, Vicario General de Pastoral y el padre Marek Burzawa, Vicario de la Zona Centro.
«Hoy es fiesta en la Iglesia Universal y particularmente en la Iglesia de Santiago porque el gran cuerpo de los diáconos de nuestra arquidiócesis se junta en esta Iglesia Catedral para celebrar el don del ministerio diaconal, un don que Dios reparte abundantemente para el bien de su pueblo», expresó monseñor Ramos al dar la bienvenida a los presentes.
La mística del diaconado permanente
Durante la homilía, monseñor Ezzati destacó el servicio preferente de San Lorenzo hacia los más necesitados y su obediencia radical a la voluntad de Dios Padre, a ejemplo de Jesucristo, siendo un signo de «vida divina» para su comunidad. «No dejen nunca de fijar su mirada en Jesucristo, obediente al Padre para la salvación de los hermanos», dijo.
Esta actitud -continuó el prelado- representa el verdadero espíritu que debe animar diariamente a los diáconos permanentes. «Esa es la mística más profunda de la existencia de ustedes (…) es en el encuentro diario con Cristo donde hallaremos la fuerza, la energía, el ejemplo para poder vivir como Él», agregó.
Mons. Ezzati expresó a los diáconos permanentes «los sentimientos de una profunda gratitud» |
Más adelante, el obispo les recordó que «tienen un tesoro que cultivar y al cual entregar sus mejores energías», y este tesoro debe ir creciendo a través de las cualidades de Cristo: tener los ojos abiertos para ver a los más necesitados, una actitud de compasión hacia los demás y «la capacidad de intervenir eficazmente para liberar al hermano y a la hermana del mal que lo ha golpeado», manifestó.
En el marco del Mes de la Solidaridad que celebra la Iglesia chilena, el Pastor de Santiago exhortó a los diáconos presentes a «profundizar en la fuerza evangelizadora que tiene el servicio humilde, silencioso, pero generoso y constante a nuestros hermanos más pobres».
Finalmente y a nombre de toda la comunidad, monseñor Ezzati agradeció la labor y el enorme servicio pastoral que prestan los diáconos permanentes en la arquidiócesis, considerando especialmente la responsabilidad que tienen también para con sus familias y trabajos. «Como pastor de la Iglesia de Santiago e interpretando el sentir de todos los hermanos, de los sacerdotes, de los consagrados, de los hermanos y hermanas, del pueblo fiel, quiero expresarles los sentimientos de una profunda gratitud», sentenció.
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