Castel Gandolfo (Lunes, 13-08-2012, Gaudium Press) Recibir la Eucaristía con una fe fervorosa y alimentarse con la Palabra de Dios – fue la invitación que el Santo Padre hizo a los fieles durante la tradicional oración del Ángelus. Desde Castel Gandolfo el Pontífice expresó su solidaridad con las poblaciones afectadas por las lluvias violentas en Filipinas y China, y el terremoto al noroeste de Irán.
El Pontífice insistió que solamente Dios puede saciar la verdadera hambre del hombre |
«Debemos preguntarnos si realmente sentimos hambre, el hambre de la Palabra de Dios, el hambre de conocer el verdadero sentido de la vida», concluyó Benedicto XVI una breve reflexión sobre la multiplicación de los panes narrada en el 6° capítulo del Evangelio de Juan.
«Solamente quien es atraído por Dios Padre, -continuó- quien lo escucha y se deja instruir por Él, puede creer en Jesús, encontrarlo y nutrirse de Él y así encontrar la verdadera vida, el camino de la vida, la justicia, la verdad y el amor».
El Papa afirmó que solamente el Señor puede saciar la verdadera hambre del hombre. «Este alimento -continuó en el saludo en español – es Cristo que, con su muerte y resurrección, nos ha abierto las puertas de la vida eterna. Él es el pan vivo que ha bajado del cielo para que todo el que coma de él tenga vida. Acerquémonos al sacramento de la Eucaristía, con una fe y un amor creciente; allí, él nos da su cuerpo y su sangre, y podremos gustar qué bueno es el Señor, qué grande es su amor por nosotros».
El tradicional encuentro dominical con los fieles para la oración del Ángelus concluyó con una oración para rezar por las poblaciones afectadas por las catástrofes naturales.
«Os invito a unirse a mi oración por aquellos que perdieron la vida y por todas las personas probadas por esas calamidades devastadoras. No falten a estos hermanos nuestra solidaridad y nuestra ayuda».
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