jueves, 28 de marzo de 2024
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"San Maximiliano realmente ganó la guerra": Mons. Rakoczy, en la fiesta del santo mártir.

Osweicim – Brzezinka (Martes, 14-08-2012, Gaudium Press) Con una sentida Eucaristía, celebrada en el Bloque 11 del antiguo campo de concentración nazi de Auschwitz, a 43 kms de Cracovia, la Iglesia polaca celebró la memoria de San Maximiliano María Kolbe, religioso franciscano mártir durante la segunda guerra mundial. Mons. Victor Skworc, Arzobispo de Katowice, Mons. Ludwig Schick, Arzobispo de Bamberg y Mons. Tadeusz Rakoczy, Obispo de Bielsko-Zywiec concelebraron la liturgia del aniversario número 71 de la muerte del santo y oraron en la celda en la cual ofrendó su vida en el martirio.

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Los prelados oraron en la celda del martirio del santo.

San Maximiliano Kolbe, nacido en 1894, fue un misionero franciscano polaco dedicado a la difusión de la devoción a la Santísima Virgen, bajo la advocación de la Inmaculada Concepción. Fue un pionero de la evangelización a través de los medios de comunicación y su compromiso con la verdad lo puso en la mira del régimen nazi, que finalmente lo arrestó y envió a los campos de exterminio. Allí ofreció su vida a cambio de la de un padre de familia que iba a ser ejecutado, y fue condenado a morir de hambre. Durante sus últimos días alentó espiritualmente a sus compañeros de condena hasta que, tardando demasiado en morir, sus verdugos le inyectaron veneno.

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San Maximiliano Kolbe

«San Maximiliano realmente ganó la guerra», afirmó durante la homilía Mons. Tadeusz Rakoczy. «La muerte del P. Maximiliano es un ejemplo de amor en medio de un torbellino aterrador de la maldad del siglo XX. El amor del cual nos dejó el modelo más perfecto el Redentor del mundo, sacrificando su vida por nosotros», comentó.

El prelado destacó las virtudes del santo, a quien sus contemporáneos identificaban como un hombre extraordinario y cuyo testimonio brilla desde el campo de concentración, «el Gólgota del siglo XX». El Obispo recordó que cuando Bruno Borgowca, sobreviviente, dio testimonio sobre San Maximiliano, describió la forma como encontró su cuerpo tras su fallecimiento: «sentado en el suelo, apoyado contra la pared, con los ojos abiertos. Su cuerpo estaba limpio y radiante». El prelado finalizó con una petición a los asistentes: «Lleven este mensaje con ustedes: El amor es más fuerte que la muerte».

A la ceremonia asistieron cientos de personas, peregrinos de la diócesis de Bielsko-Zywiec y otras regiones, representantes de numerosas organizaciones católicas, activistas de la Federación Polaca de Movimientos Provida y representantes de los Caballeros de la Inmaculada.

Con información de Agencia EKAI

 

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