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Ávila (Viernes, 24-08-2012, Gaudium Press) La Orden de Carmelitas Descalzos celebra hoy los 450 años de la fundación del Monasterio de San José, el primer monasterio carmelita fundado por Santa Teresa de Ávila, que dio inicio a la Reforma Teresiana del Carmelo. Durante los últimos meses se han llevado a cabo numerosas actividades de celebración, que tienen su centro en el Monasterio de San José de Ávila, en una solemne Eucaristía que será presidida por el Cardenal Antonio María Cañizares, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.
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| Monasterio de San José, en Ávila, el cual celebra los 450 años de su fundación, hecha por Santa Teresa en 1562. |
Las actividades comenzaron el pasado 19 de agosto con el traslado de la Imagen de Santa Teresa, venerada en la capilla de su nacimiento, al convento de las Madres. También fue llevada al monasterio la reliquia del «pie de Santa Teresa», conservado en el templo carmelita de Santa María de la Scala, en Roma. El pasado 21 de agosto se dio un solemne triduo, presidido por el prior del Convento de Santa Teresa, padre Francisco Brandle, el provincial de los Carmelitas Descalzos de Castilla, padre Miguel Márquez y el vicario general de los Carmelitas Descalzos, padre Emilio J. Martínez. Al final de las celebraciones, después de la Eucaristía presidida por el Card. Cañizares, la imagen de la santa será llevada en procesión por las calles de Ávila de regreso al convento donde se venera normalmente.
El prepósito general de los Carmelitas Descalzos, Padre Saverio Cannistra, redactó un mensaje especial en conmemoración del significativo aniversario, en el cual destacó la responsabilidad actual de quienes han recibido el carisma de Santa Teresa: «Esta obra querida por Dios, esta joya preciosa con la cual ha querido adornar a Teresa, y en ella a toda la Iglesia, ha sido ahora puesta en nuestras manos ¿Qué haremos con ella? ¿Cuál será nuestra respuesta a la llamada que nos reclama desde las páginas autobiográficas de la Santa Madre?»
El sacerdote refirió el desafío de preservar lel carisma en medio de un ambiente adverso, que denota la crisis espiritual del mundo actual, ante el cual se debe trabajar «sin dejarnos vencer por el miedo y el desaliento». Las dificultades y desafíos deben llevarse «a aquella hondura donde las cosas se ven de modo diferente, la agitación y el miedo se calman y la oración del pobre comienza a alzarse más pura, más humilde y más verdadera. Desde ella podemos reemprender el camino», invitó el religioso.
450 años después, el P. Cannistra renovó el llamado fundacional a los miembros de la Orden: «Nosotros tenemos el deber de ser testigos, con Teresa y como Teresa lo ha sido a partir de aquel lejano y, sin embargo, cercanísimo, 24 de agosto de 1562».
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