viernes, 22 de noviembre de 2024
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El núcleo de la crisis de la Iglesia es una crisis de la Fe, afirma presidente del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización

Ciudad del Vaticano (Jueves, 23-08-2012, Gaudium Press) En artículo publicado en el L’Osservatore Romano, con el título de «La grandeza de creer», Mons. Rino Fisichella, presidente del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización, recuerda varias intervenciones de Su Santidad el Papa Benedicto XVI de palpitante actualidad.

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El mundo tiene hambre de testimonios, dice Mons. Fisichella

El Arzobispo afirma que «se puede hablar de Fe como si se tratase de fórmulas químicas sabidas aprendidas en la memoria. Sin embargo, si falta la fuerza de la opción sustentada por la confrontación con la verdad sobre la propia vida, todo se ata. La fuerza de la Fe es la alegría de un encuentro con la persona viva de Jesucristo que transforma la vida. Saber dar la razón de eso, permite a los creyentes ser nuevos evangelizadores en un mundo que cambia».

La coherencia entre aquello que se cree y la vida diaria es recordada por Mons. Fisichella, una vez que vivimos en una época en que los modelos y ejemplos a seguir son cada día más necesarios. Los jóvenes de hoy buscan seguir a alguien. Ese alguien, con mayúscula, es Jesucristo, pero, también es verdad que le seguirán con más facilidad en la medida en que sus discípulos sean creíbles.

«El mundo contemporáneo -afirma el Arzobispo- tiene hambre de testimonios. Siente una necesidad vital de testimonios porque busca coherencia y lealtad», pues, concluye él, «una fe que soporta las razones del corazón es más convincente, porque contiene la fuerza de la credibilidad. Así, el desafío es poder conjugar la fe vivida con su inteligencia y viceversa».

Saber raciocinar aquello que se cree y dar las razones por las cuales se cree es sin duda una de las tareas pendientes en muchos cristianos. Porque, como bien señala Mons. Fisichella, «sin una sólida reflexión teológica capaz de presentar las razones de creer, la opción del creyente no es tal. Queda en una repetición de fórmulas o de celebraciones, sin embargo no mantiene la fuerza de la convicción. No es solo una cuestión de conocimiento de contenidos, sino de libertad».

El núcleo de la crisis de la Iglesia es una crisis de la Fe

La verdad nos hace libres y esa verdad es necesario que presente una nueva vitalidad en nuestros tiempos de crisis.

Para la Curia Romana, el Papa señaló en su discurso del 25 de diciembre pasado que «el núcleo de la crisis de la Iglesia en Europa es la crisis de la Fe. Si no encontramos una respuesta a ella si la Fe no adquiere nueva vitalidad con una convicción profunda y una fuerza real gracias al encuentro con Jesucristo, todas las demás reformas serán ineficaces».

Verano es también tiempo para pensar sobre la Fe, sobre la salida a las crisis más profundas que nos castigan, porque, como dijo el Papa Benedicto XVI, «no serán las tácticas que nos salvarán… sino una Fe pensada y vivida de un modo nuevo».

Es el desafío del próximo Sínodo de octubre. Es el desafío que todos los cristianos tenemos en frente.

 

 

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