viernes, 22 de noviembre de 2024
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"Predicando los ejercicios espirituales al clero estoy cumpliendo con la tarea mejor y más bella", dice Arzobispo de Santiago de Chile

Santiago (Viernes, 24-08-2012, Gaudium Press) Desde el domingo 19 y hasta hoy viernes 24 de agosto, más de 60 sacerdotes de Santiago de Chile participan en la segunda versión del Retiro del Clero, predicado por el Arzobispo local, monseñor Ricardo Ezzati. En esta oportunidad la temática gira en torno a la «identidad de los ministros y a sus desafíos en relación a la identificación con Cristo, a la celebración de la Eucaristía, frente a la cultura secular y en el servicio eclesial en el contexto del próximo inicio del Año de la Fe».

En el marco de esta actividad, el prelado sostuvo una entrevista con el Departamento de Comunicaciones del Arzobispado en que se refirió a la importancia de este retiro, a las diversas temáticas que aborda, así como también a los desafíos que el Año de la Fe trae para el clero.

Reproducimos la entrevista:

¿Qué ha significado para usted esta experiencia de predicar y compartir este retiro con el clero de Santiago?

Compartir la riqueza espiritual de nuestra Iglesia y de nuestra vocación es siempre una alegría muy grande, porque vamos descubriendo en el diálogo lo que el Señor nos ha regalado, el inmenso don que el Señor nos ha regalado para el servicio de la comunidad.

La reflexión de estos días ha sido justamente sobre nuestro ser ministros de Jesucristo en un contexto muy concreto, el contexto que ha hecho presente con mucha fuerza el Concilio Vaticano II sobre las acentuaciones que la Iglesia está llamada a ofrecer al mundo de hoy para la nueva evangelización y naturalmente también a las puertas del Año de la Fe.

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Mons. Ezzati se dirige a su clero

Es muy importante que los presbíteros, los ministros, entremos en el dinamismo de lo que significa la fe que hemos acogido el día de nuestro bautismo, que fuimos alimentando en la medida en que hemos ido creciendo, pero también que necesitamos alimentar hoy para servir mejor al pueblo de Dios. La temática del retiro giró en torno a lo que significa ser ministro de Cristo, ministro de Cristo que busca intensamente identificarse con él; ministro de Cristo que ama a la Iglesia; ministro de Cristo que ejercita el ministerio que el Señor le ha confiado, especialmente de la Palabra y de la eucaristía. Hoy, el último día de retiro prácticamente, ha estado centrado en lo que significa ser ministro de Jesucristo frente a los desafíos del mundo de hoy, de la cultura de hoy, de una cultura marcada fuertemente por el secularismo, pero que ofrece también oportunidades muy providenciales para el sacerdote para ser de verdad ministro de Cristo en este tiempo.

¿Cuáles son los desafíos para el clero a las puertas del año de la fe?

El primer desafío es identificarse cada vez más y más profundamente con Jesucristo el buen pastor. El segundo es identificarse con la misión de la Iglesia sintiéndose Iglesia y en la Iglesia como un servicio específico. Creo que el gran desafío del anuncio y, por consiguiente de la predicación, se une al desafío de la nueva evangelización que el próximo Sínodo de Obispos va a tener como tema específico para la Iglesia Universal. El tema de la celebración de la Eucaristía es que la Eucaristía es sobre todo la fuente y la cumbre de la vida cristiana y la tarea del presbítero gira mucho en torno a esta experiencia de una comunidad reunida en nombre de Cristo para la oración y para ofrecer el sacrificio mismo de Cristo al Padre. Después, el gran desafío es ser sacerdotes de la Iglesia, que a través de la palabra y de la Eucaristía, penetran la cultura de este tiempo, una cultura que es cada vez más secularizada donde está presente la situación de muchos inmigrantes, donde existe una economía que pareciese volverse dios, pero sólo para algunos; donde está presente la fragmentación de la vida social y de la vida política; donde los medios de comunicación social están presentando muchas veces esquemas de vida que no son los que dan vida, sino los que pretenden dar vida, pero que influyen enormemente para crear una nueva mentalidad, nuevos espejismos. El desafío de estar presente en este mundo complejo y en cambios es un desafío muy importante para el sacerdote de hoy.

En lo personal, ¿cómo se ha sentido predicando este retiro como Pastor de los pastores?

No es la primera vez. He predicado retiros espirituales en todas las diócesis donde he estado. A meses de haber sido consagrado Obispo en Valdivia prediqué el retiro espiritual para el clero de Valdivia. Cuando llegué como Obispo Auxiliar de Santiago prediqué el retiro espiritual para el clero de Santiago en febrero y después en agosto. Cuando fui nombrado Arzobispo de Concepción, una de las primeras tareas que realicé fue justamente predicar los ejercicios espirituales al clero y este año prediqué el retiro de febrero y el de ahora en Santiago.

Por qué. Porque creo que la primera gran cosa que el Obispo tiene que compartir con sus sacerdotes es la vida espiritual y la primera gran cosa que los sacerdotes tienen que sentir es que el Obispo quiere alimentar y acompañar su crecimiento en la identidad sacerdotal. Por consiguiente siento que predicando los ejercicios espirituales al clero estoy cumpliendo con la tarea mejor y más bella, más desafiante del ministerio del Obispo. Ha sido un tiempo que he querido dedicar enteramente a la predicación. No he hecho otras cosas durante estos días, sino dedicarme enteramente a la predicación y al diálogo con los hermanos, a rezar con ellos y a compartir el camino de la renovación espiritual.

Con información del Departamento de Opinión Pública del Arzobispado de Santiago.

 

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