Hanoi (Lunes, 27-085-2012, Gaudium Press) La Iglesia en Vietnam continúa padeciendo los abusos de las autoridades a pesar de las leyes que dicen proteger la libertad religiosa en ese país. Las propiedades de la Congregación de las Hermanas de San Pablo en Hanoi son ahora el blanco de un intento de expropiación. Entre los bienes amenazados figura el Hospital de San Pablo, edificado por las religiosas.
Católicos durante una manifestación pública que pedía el respeto de los bienes de la Iglesia en Hanoi, 2009. Foto: Asia News. |
Según la Agencia Asia News, las medidas gubernamentales contra la Iglesia en Vietnam son sistemáticas, situación calificada por el Presidente del Comité Justicia y Paz del Consejo de Obispos de Vietnam como una «persecución» y una «violación de la política religiosa de Vietnam».
Según la Iglesia local, el gobierno hace uso de un decreto (el número 38 de 2005) para restringir el uso de los lugares de culto, requiriendo una autorización oficial para cualquier reunión de más de cinco personas. De esta forma, cualquier acto de oración comunitaria en un templo o incluso en una casa puede ser calificada como una violación a la ley.
La ley vietnamita, que reconoce «la aspiración y necesidad de la fe y la religión» en el pueblo, no protege los edificios y propiedades de la Iglesia. Esta situación es evidente en regiones como Thai Ha, Con Dau, Con Cuong, y las diócesis de Vihn y Hanoi, según el informativo. La decisión de restringir o respetar la libertad religiosa está en manos de los gobiernos locales y municipales, sin que exista forma de garantizar los derechos de los católicos.
«Están suprimiendo metódicamente la religión», aseguró una fuente anónima de la provincia de Nghe An. «Aparte de las políticas religiosas del gobierno, tienen políticas religiosas (locales) que van en contra de las disposiciones nacionales». Es infortunadamente común en el país asiático la expropiación violenta de capillas y los intentos por interrumpir las celebraciones religiosas.
Según fuentes citadas por Asia News, las autoridades locales continúan sus abusos, «porque se sienten protegidas por los líderes ateos y la falta de leyes, de manera que pueden legalmente realizar estas violaciones».
Con información de Asia News.
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