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Tampa (Sábado, 01-09-2012, Gaudium Press) El Cardenal Timothy Dolan, Arzobispo de Nueva York y Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos redactó una oración por el país, de cara al proceso electoral que definirá al próximo mandatario el próximo 06 de noviembre. El prelado aceptó la invitación de impartir una bendición en la convención del partido Republicano en Tampa, Florida, tras aclarar que este acto suyo tiene un carácter religioso y no de aval o apoyo político.
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| El Cardenal Timothy Dolan, durante su oración por el futuro de Estados Unidos ante las próximas elecciones. |
En su completa petición, el Cardenal pidió la bendición de Dios sobre todos los ciudadanos, especialmente a los inmigrantes (de la colonización y del tiempo actual), los niños por nacer, los ancianos y las víctimas de la sequía, los incendios forestales y las tormentas tropicales. El prelado pidió a Dios la gracia de la solidaridad con quien sufre y la voluntad para incluir a los menos favorecidos en la producción y la prosperidad.
El Card. Dolan pidió a Dios por los gobernantes actuales y futuros . «Hazlos dignos de servirte sirviendo a nuestro país», imploró. «Ayúdalos a recordar que el único gobierno justo es el que sirve a sus ciudadanos antes que a sí mismo». El prelado también agradeció el «sagrado e inalienable don de la vida» y el «regalo singular de la libertad».
«Haznos verdaderamente libres, atando la libertad a la verdad y ordenando esta libertad hacia el bien», continuó el Card. Dolan. «Ayúdanos a vivir nuestra libertad en fe, esperanza y amor». En este punto, el Cardenal Arzobispo hizo un énfasis marcado en la libertad religiosa, «nuestra libertad más valorada», para la cual imploró que se renueve su respeto de forma plena en todas las personas.
El prelado también dirigió su súplica al respeto de la «verdad de la creación», que se expresa en el respeto de la ley natural y de Dios, quien la creó: «Danos el buen sentido de no abandonar los límites de la vida correcta que Tú inscribiste en nuestro corazón incluso antes de inscribirlos en tablas de piedra». El Cardenal pidió a Dios que repare «cada una de nuestras fallas, confirmando nuestra alma en el auto control, nuestra libertad en la ley».
Finalmente, el Arzobispo agradeció el regalo de pertenecer a ese país, «una nación bajo Dios», y recordó la célebre frase «en Dios confiamos». «Querido Dios, bendice a América», concluyó.
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