Castel Gandolfo (Martes, 04-09-2012, Gaudium Press) En la mañana del último domingo fue concluido, con una Misa celebrada por el Santo Padre en el Centro Mariapolis de Castel Gandolfo, el ya tradicional seminario de verano europeo del cual participan ex-alumnos de Benedicto XVI, el llamado Ratzinger Schülerkreis.
Benedicto XVI hizo la homilía a partir de la lectura del Deuteronomio, donde se lee que Israel, único entre todos los pueblos, recibe de Dios la Ley, Ley que da la verdadera salvación. Se trata de un don del cual se debe alegrarse. Él no es fruto de la propia genialidad que pueda generar triunfalismo, observó el Papa.
La verdad es Algo vivo señaló el Papa |
De ese modo, la Iglesia, un Israel que se tornó universal, solo puede alegrarse por el don de Cristo, que es el núcleo esencial de la Ley, Ley hecha carne, Amor de Dios por nosotros. Recibimos la sabiduría que es verdad, sabemos vivir y morir, porque Cristo es la vida y la verdad. No hay espacio para ningún triunfalismo, sino solamente para la alegría y la gratitud por el regalo recibido.
El Papa resaltó también que, con el pasar del tiempo, las costumbres humanas fueron agregadas al don de Dios, escondiendo la sabiduría dada por Él. Esos agregados pueden llevar a la Iglesia al llamado triunfalismo, a alabarse a sí misma.
De ese modo, en esta fase, vemos solamente aquello que fue hecho por nosotros, y no encontramos más la alegría de la fe. Así no osamos más decir que Dios nos enseñó la verdad y nos enseñó lo que es el hombre.
La Verdad es Algo vivo
De hecho, ponderó el Papa nadie puede decir «Tengo la verdad», ¡porque somos nosotros los que pertenecemos a la verdad que es algo vivo! No la poseemos, es ella quien nos sujeta; y permanecemos en ella solamente si nos dejamos conducir e impregnar por ella.
Nadie puede decir «Tengo hijos», porque no son nuestra pertenencia, son un regalo, y son un don de Dios y una tarea.
Del mismo modo, tampoco podemos decir «Tengo la verdad», sino la verdad, que es el propio Cristo, vino hasta nosotros, y en la Eucaristía vino hasta incluso dentro de nosotros para purificarnos de nuestras miserias, de nuestro egoísmo que hace al cristianismo parecer apenas un sistema de costumbres.
Debemos aprender nuevamente a dejarnos conducir por la verdad. Y entonces por medio de nosotros la verdad podrá nuevamente brillar para la salvación del mundo.
Invitación a los teólogos
Benedicto XVI hizo una observación tomando como referencia la Carta de San Santiago, donde invita a poner en práctica la Palabra, no siendo solamente oyentes.
Es una exhortación a no realzar la dimensión intelectual de la Fe y la Teología, subrayó. Muchas veces, cuando se leen tantas cosas inteligentes, se teme justamente eso: que la Teología se torne una cuestión de intelecto que no compenetre nuestra vida y que, por tanto, no nos lleve a la verdad, expresó el Pontífice.
Por tanto, es una invitación justamente a nosotros, teólogos: no solamente a oír, sino dejarse forjar por la verdad y dejarse conducir por ella, concluyó.
Con informaciones de la Radio Vaticana.
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